Algunos de los imputados en la supuesta red desmantelada en la Operación Colibrí operaban en las inmediaciones de las oficinas de la Junta Central Electoral (JCE) a cambio de pagar a los ciudadanos sumas de entre 5.000 y 20.000 pesos, dependiendo de quién los solicitara, Ofrecían diversos servicios de falsificación de documentos.
Así lo describe una solicitud de medida de coerción presentada por la Fiscalía de la Oficina Judicial del Servicio de Atención Constante de Santiago, que señala que los delitos cometidos por la organización vulneran el sistema nacional de registro civil, atentan contra la seguridad jurídica y socavan la confianza en la organización.
Según el informe, los implicados falsificaron partidas de nacimiento, documentos de identidad, títulos universitarios y de propiedad, permisos de conducir y permisos para portar armas.
Además, según los fiscales, la banda criminal estaba especializada en la falsificación de títulos de bachillerato, certificados de bautismo, certificados de matrimonio y certificados de defunción.
Estos actos fraudulentos causaban perjuicios a los ciudadanos dominicanos y afectaban a su derecho constitucional al documento de identidad, así como a la Comisión Electoral Central.
Los miembros de la presunta red son: Luis Manuel Rodríguez Taveras, William Ramón Rodríguez Rodríguez, Samuel Elias Ceballos Ramos, Ana Delia Isidora Tavares Soto, Tomás Emmanuel Rojas Guzman, Julio Cesar Almonte Espinal, Arsenio Rafael Reyes, Yanuel Morales, Noel de Jesús Padilla Minaya, Fausto Melán, José Rosario Marte, José Alfonso Acevedo García y José Miguel Cruz Hiraldo, Rubén Amauriz Ramírez, Rubén Darío Núñez Ortega y José Carlos Montero Troncoso (este último empleado de la Junta Electoral Central).
Entre los cargos que les imputa la Fiscalía está el de hacerse pasar por dominicanos fallecidos para facilitar documentos dominicanos y documentos de identidad a nacionales haitianos.
Falsificaban documentos para agencias de seguridad nacional como el J-2 del Ejército, el Ministerio de Interior y Policía y el Servicio Nacional de Control de Drogas (DNCD).
Poseían plásticos y sellos de varias agencias, como las autoridades judiciales, el Banco de Reservas, el Instituto Nacional de Tránsito Terrestre (INTRANT) y la Jurisdicción Inmobiliaria de Santiago.
También falsificaban y apostillaban documentos para poder utilizarlos en el extranjero.
La Fiscalía de Santiago también fue acusada de lo siguiente: artículos 265, 266, 145, 147, 147, 148, 150 y 151 del Código Penal Dominicano; Ley No 8-92 sobre Cédulas de Identidad y Electoral, artículos 13 y 14, párrafo 4; Ley No 172-13 sobre Protección Integral de Datos Personales. Artículos 86 y 88; y Ley No 53-07 sobre Crimen y Delitos de Alta Tecnología, párrafos 6, 17, 18 y 19, por violaciones a los párrafos 17, 18 y 19, acusando provisionalmente a los imputados.
Además, Acevedo García está acusado de violar los artículos 66 y 67 de la Ley 631-16 sobre Control y Regulación de Armas de Fuego y Materiales Relacionados.
La investigación de la Operación Colibrí está siendo coordinada por la Fiscalía de Santiago y la Procuraduría General de la República y la Policía Nacional, con el apoyo de la Comisión Central Electoral. Los Departamentos de Seguridad Civil, Fiscalización, Identificación y Asesoría Jurídica de la Junta Central Electoral, con la asistencia y colaboración de al menos un funcionario de dicho Departamento, que se encontraba entre los perseguidos por la acción coercitiva, monitorearon las actividades de quienes prestaban servicios fraudulentos en sus oficinas y alrededores. Durante las redadas sobre el terreno, que incluyeron 18 allanamientos, más de 20 fiscales del Ministerio Público y unos 200 agentes de la Policía Nacional se incautaron de pruebas irrefutables de la implicación de los detenidos en los hechos, como plásticos para la impresión de documentos de identidad, cédulas y licencias, y documentos falsificados de títulos de propiedad.
Además, se incautaron equipos electrónicos utilizados para borrar los datos originales y expedir títulos de propiedad y documentos de identidad a nombre de terceros.
El juez Osvaldo Bonilla, de la Fiscalía de Santiago, reveló el viernes pasado que se realizaron allanamientos en los centros de internet, oficinas de abogados y domicilios que fueron el banco de pruebas de estas actividades fraudulentas, donde se incautaron evidencias que serán presentadas al tribunal.
La Fiscalía ha pedido al tribunal que imponga 18 meses de prisión preventiva a los implicados y que el procedimiento sea más complejo.
Operación Kolibri: los diputados tienen previsto solicitar medidas coercitivas contra los detenidos.