La familia de Norma Ramos denunció que su hermano, que intentó entrar ilegalmente en EEUU en busca de trabajo, lleva dos meses desaparecido.
La última vez que sus familiares supieron de su hermano fue cuando el mexicano de 30 años quedó abandonado en el desierto de Arizona.
La familia se puso en contacto con el consulado mexicano y la Patrulla Fronteriza, pero estos organismos no pudieron encontrar nada sobre él, ni siquiera un registro de su detención.
Desesperada, la familia recurrió a las redes sociales, donde encontró un sitio web que debería haberles ayudado. Ramos envió información y algunas fotos sobre su hermano y pronto empezó a recibir mensajes.
Al menos 1.078 migrantes han muerto o desaparecido en lo que va de año en las rutas marítimas de América.
Recibí un mensaje de una mujer llamada Lorena que decía que acababa de hablar con mi hermano. Me dio su número de teléfono y me dijo que si llamaba a ese número me daría más información”, dijo Ramos a EFE en una conversación telefónica desde México.
Cuando llamó, la persona que estaba al otro lado del teléfono le dijo que, efectivamente, tenía retenido a su hermano y que tendría que pagar 10.000 dólares por su liberación.
La mujer empezó a recibir mensajes con lo que parecía ser una foto de su hermano pidiendo ayuda, pero con la ayuda de un experto descubrió que la imagen era falsa, al igual que el vídeo que le habían enviado.
Cuando los extorsionadores no consiguieron su dinero, enviaron a Ramos mensajes en los que el único sonido era el de personas siendo golpeadas y gritando de dolor.
Oscar Andrade, director de Desert Chaplains, una organización sin ánimo de lucro que busca a personas desaparecidas en el desierto de Arizona, dijo a EFE que cada vez se utiliza más la inteligencia artificial para manipular los vídeos y las imágenes que reciben las familias cuando piden rescate por sus seres queridos.
Estas personas sin escrúpulos se aprovechan del dolor de la familia para conseguir dinero, dijo.
Un funcionario del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) dijo a EFE que la agencia estaba al tanto de tales prácticas y que el incidente estaba siendo investigado.
El Sr. Andrade dijo que él mismo había analizado las imágenes y vídeos con expertos y que le habían enseñado a detectar la manipulación digital.
Explicó que constantemente aparecen páginas de grupos criminales que supuestamente ayudan a las familias a encontrar a sus seres queridos, y comienzan a chantajearlas a partir de la información de las redes sociales.
El activista recomienda a las familias que miren con lupa las imágenes y vídeos que les envían y detecten cualquier anomalía.
Por ejemplo, que los secuestrados no aparezcan sonriendo o con aspecto tranquilo.
Yo misma publiqué información falsa en una de las páginas e inmediatamente me contactaron diciendo que mi ‘hermana’ había sido secuestrada y me pidieron USD 4 000 por su liberación”, cuenta Andrade.
Otro caso que llegó a Capellanes del Desierto fue el de Juan, un migrante guatemalteco que también desapareció tras cruzar la frontera.
Según una grabación obtenida por EFE, la familia empezó a recibir mensajes de audio de una persona que creían que era un sheriff de Texas exigiendo 2.000 dólares como fianza para liberar al migrante.
Cuando quedó claro que la familia no enviaría la fianza, el hombre, que habla perfectamente español, aumentó sus amenazas y comenzó a insultar a la madre del joven.
Ya sabía que “Juan” había sido deportado y estaba de camino a Guatemala en avión. El activista señaló que, a medida que ha aumentado el flujo de migrantes a través de la frontera, también lo han hecho las denuncias de personas desaparecidas, lo que ha provocado un aumento de los casos de extorsión.