Las calles están decoradas como árboles, pero como muchos belenes en otros países de la región no se ven.
En un mundo donde la Navidad se ha convertido en sinónimo de luces brillantes, árboles decorados y regalos debajo de los árboles, hay países que han optado por eliminar por completo esta festividad como una forma de celebrar la tradición católica del nacimiento del niño Jesús.
En América Latina, Uruguay tomó la decisión por primera vez en 1918 de eliminar este monumento conmemorativo del calendario oficial.
Pero, ¿cuál es la razón del no a la Navidad?
El espíritu de celebración se siente en el aire del país, pero los medios sudamericanos muestran que la razón detrás de esta especificidad proviene de la separación de la iglesia y el Estado.
Como explicó el historiador Roger Geymonat a CNN, la distancia entre la provincia de Uruguay y la religión católica comenzó en 1860 cuando se creó el Decreto de Secularización de cementerios, y la iglesia gobernaba los cementerios.
Poco después, los matrimonios civiles tuvieron prioridad sobre los matrimonios religiosos, y las referencias a Dios fueron eliminadas de todos los discursos parlamentarios.
Pero no fue hasta 1917 que Uruguay separó oficialmente a la iglesia del Estado y aprobó una constitución que garantizaba la libertad de culto.
A estos días festivos se les dio un nombre diferente: la Navidad se conoce como Día de la Familia; el Día de los 3 Reyes se llama Día del Niño y la Semana Santa se identifica como Semana Turística, según informes del diario colombiano El Espectador.
La festividad estaba vigilada, pero las características religiosas detrás de este día ya no se reconocían. Sin embargo, las calles están decoradas no solo con árboles, sino también con muchos belenes, como en otros países de la región.