Siete duelos que sufren los emigrantes y terapias para afrontarlos
Es bien sabido que las personas que emigran al extranjero viven generalmente en un estado de añoranza por todo lo que han dejado atrás y todo lo que ya no pueden tener, especialmente si tienen familia, amigos o conocidos en el extranjero. Esto puede parecer sencillo, pero les causa mucho estrés, tristeza y añoranza.
Hablamos con el psicólogo clínico Luis Berges, autor de la teoría de los siete duelos, quien asegura que todos estos fenómenos se deben al síndrome estrés-inmigrante (síndrome de Ulises).
Este experto en comportamiento señala que, a diferencia del duelo normal, la terapia para este tipo de duelo suele tener en cuenta el estrés que sufren los inmigrantes y los riesgos que supone para su salud mental.
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Vergès sostiene que los migrantes deben ser tratados en función de los cambios observados en su organismo como consecuencia del desbordamiento que les provoca la situación estresante de la migración.
Entre los efectos sobre la salud que pueden sufrir los emigrantes como consecuencia de los siete duelos figuran cambios en el sistema nervioso, un sistema inmunitario debilitado y, desde el punto de vista psicológico, reacciones atípicas como irritabilidad y agresividad. Muchos duelos no resueltos provocan una sobreproducción de adrenalina y cortisol, que causa enfermedades con más frecuencia de lo normal.
Los psicólogos conductuales creen que el trabajo de duelo en estos casos requiere ayuda profesional, y que los profesionales tienen que identificar cada duelo tal y como se ha descrito anteriormente, ayudar al inmigrante a aceptar la realidad que le ha tocado vivir, conectarla con las emociones correspondientes, adaptarse a vivir sin lo que ya se ha perdido y abrir su mente a nuevas experiencias. Señalan que se les guía para que realicen una serie de tareas que les abran a nuevas experiencias.
Esta psicóloga afirma que el tratamiento debe contemplar no sólo el duelo, sino también compartir los medios para hacer frente a situaciones de presión que desbordan la capacidad del emigrante para afrontar los nuevos retos que supone adaptarse a muchos cambios a la vez.
Verges señala que en un duelo normal sólo hay una pérdida, pero aquí hay múltiples pérdidas, no necesariamente la pérdida de la vida.
Achotegui, experto en este estudio del comportamiento, cita al escritor diciendo que en un duelo así se experimentan siete cabezas, o siete duelos, en el proceso.