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Desinformación en las elecciones

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Los flujos de información se han intensificado exponencialmente en las elecciones, especialmente en el desarrollo de las campañas electorales. La afluencia masiva de datos, incluida la tentación d.

Los flujos de información se han intensificado exponencialmente en las elecciones, especialmente en el desarrollo de las campañas electorales. La afluencia masiva de datos, incluida la tentación de la desinformación, genera incertidumbre en los votantes y retos para las autoridades electorales, que deben adoptar planes de contingencia en el ámbito de la comunicación estratégica.

En este escenario, la proliferación de las llamadas fake news en torno a los inputs de comunicación generados por el propio proceso electoral es uno de los mayores retos para las elecciones, incluyendo fabricaciones sobre autoridades electorales y candidatos. Todos estos retos requieren de una respuesta ágil a través de una estrategia de comunicación organizacional proactiva que, por un lado, mantenga la confianza en quienes administran las elecciones por autoridad constitucional y, por otro, asegure que el aspecto central que debe cubrir toda contienda electoral, en el caso de República Dominicana, es la “integridad”, la “transparencia” y la “transparencia”. caso de la República Dominicana, sea la “integridad”, la “libertad” y la “equidad” expresadas en el artículo 212 de la Carta Magna. Ello porque la complejidad del tema y el papel protagónico de los medios de comunicación, especialmente las redes sociales, en este contexto requiere de una atención sistemática por parte de los organismos electorales, que permita una respuesta ágil que reduzca el impacto negativo en la ciudadanía.

Desde este punto de vista, es necesario mostrar la aproximación conceptual en la ecología de la desinformación en el proceso electoral para referirse a una variedad de información dirigida a manipular contenidos a través de mecanismos como: proporcionar información inexacta o historias falsas; datos inexactos dirigidos al engaño; desinformación deliberada (difundida a los medios de comunicación con conocimiento previo de su falsedad); y la desinformación (utilizada para difundir maliciosamente información personal o confidencial para dañar la reputación o el prestigio de una persona, a pesar de su veracidad).

En opinión de Eduardo Ceccotti, director de comunicación de Chequeando (organización de la sociedad civil que monitorea las fake news en Argentina), la desinformación circula en tres etapas del ciclo electoral: antes, durante y después de las elecciones.

En concreto, el citado autor categoriza diez tipos de desinformación en este ámbito: 1) instrumentalización de la inteligencia artificial (con el objetivo de crear cuentas y contenidos falsos contra las autoridades y los candidatos); 2) procesamiento y edición de imágenes y vídeos; 3) posicionamiento de contenidos falsos a través del hackeo de buscadores; 4) sitios web falsos alojados en la creación de contenidos falsos; 5) acoso a grupos objetivo muy concretos (por ejemplo, candidatas y comunicadoras); 6) instalación de ejércitos de trolls y bots (que actúan como amplificadores de información falsa); 7) apertura de cuentas falsas en redes sociales; 8) hackeo institucional hackeo institucional de cuentas, candidatos y personalidades; 9) publicidad señuelo para recopilar datos y filtrar información en función de los perfiles de los usuarios; 10) uso de la censura técnica mediante el bloqueo del acceso a determinadas plataformas.

Siguiendo con el apartado anterior, la pregunta “¿Cuáles son los efectos y consecuencias de la desinformación en el proceso electoral? Esto se debe a que, tal y como han señalado los organismos de control electoral, se han celebrado alrededor de 70 contiendas electorales que han reunido a más de 4.000 millones de ciudadanos con derecho a voto en las democracias occidentales.

Por tanto, teniendo en cuenta que un número muy elevado de estos votantes son consumidores directos de medios de comunicación de masas (principalmente redes sociales), y combinando esto con los datos iniciales de este trabajo sobre el aumento exponencial de la desinformación en los procesos y campañas electorales, se puede crear un escenario en el que la producción y difusión masiva de fake news Es discutible que se esté creando un escenario con condiciones óptimas.

En este contexto, el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA) ha investigado el estado del consumo de información online en el proceso electoral de 2016 a 2021, mapeando el comportamiento global y la desinformación que afecta a la gestión electoral y a los actores del proceso electoral durante el periodo especificado. Se construyó una base de datos con registros que evidencian el aumento de la generación.

(Fuente: Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA).

Como resultado del informe mencionado, se elaboró un perfil que describe los principales retos que enfrentan los organismos electorales ante el incremento de la desinformación. Dicha acción insta a nuestro país y a la Junta Electoral Central (JCE), órgano centenario en la gestión del proceso electoral, a desarrollar una estrategia de prevención decidida e integral, ya inmersos en los trabajos del calendario electoral, con elecciones locales en febrero y presidenciales y parlamentarias en mayo de 2024 teniendo en cuenta que se puede mitigar el impacto de la desinformación y sus posibles consecuencias negativas.

Desde esta perspectiva institucional, cabe destacar que la JCE aplica importantes estrategias de comunicación para contrarrestar los efectos indeseables de las noticias falsas creadas sobre la organización y sus acciones y funciones en el momento oportuno; desmontando historias de contenido falso originadas en los mismos canales y redes Adoptar métodos proactivos para desmantelar las historias de contenido falso originadas en los mismos canales y redes, así como aprender de las experiencias locales y reforzar este trabajo adoptando herramientas de monitoreo como plataformas de rastreo y verificación de hechos, como en el caso de Chequeando, que se utilizó recientemente en el proceso electoral en Argentina, y seguir luchando contra la democracia que representa la desinformación. El reto pendiente es seguir luchando contra el gran mal para la democracia que representa la desinformación.

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