Las elecciones de 2023 han arrojado conclusiones diferentes.
La derecha no está ganando en América Latina, como se deduce de las victorias de Javier Millay en Argentina, Daniel Noboa en Ecuador y Santiago Peña en Paraguay este año Según destacados politólogos entrevistados por EFE, lo que se está produciendo es la derrota del oficialismo La situación hace un año no era la misma que hoy.
Hace un año, la situación hacía pensar que la región estaba viviendo una segunda «Marea Rosa», similar a la de principios de este siglo. Por primera vez en la historia, cinco grandes países latinoamericanos tenían gobiernos de izquierda.
Luiz Inácio Lula da Silva ganó en Brasil, Andrés Manuel López Obrador en México en julio de 2018 y Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina en octubre de 2019. El peronismo volvió a Casa Rosada, cerrando el mapa que había comenzado a dibujarse.
Pedro Castillo en Perú, seguido por Gabriel Bolich en Chile y Gustavo Petro en Colombia. También se sumaron Luis Arce de Bolivia, Xiomara Castro de Honduras y Laurentino Cortizo de Panamá.
Las urnas castigan a los gobernantes.
Sin embargo, las elecciones que se celebrarán a lo largo de 2023 llevarán a una conclusión diferente. Los ciudadanos llamados a las urnas elegirán una alternativa a la opción política en el poder, como ocurrió en Guatemala con la inesperada victoria del socialdemócrata Bernardo Arévalo, candidato del «movimiento semilla».
La oscilación pendular de los votantes latinoamericanos no está necesariamente relacionada con un giro ideológico, sino con un voto de castigo al gobierno de turno por un desempeño mediocre que la mayoría coyuntural rechaza, explicó a EFE José Miguel Vivanco, del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos.
Afortunadamente, la arraigada democracia electoral de la región permite que los traspasos de poder se produzcan sin grandes crisis institucionales.
Es un error pensar que América Latina ha pasado de ser de izquierdas a una región conservadora de la noche a la mañana, coincide Patricio Navia, profesor de Estudios Liberales de la Universidad de Nueva York.
Discrepo con esa lectura de que América Latina se ha izquierdizado: Evo Morales perdió las elecciones de 2019, la derecha ganó en Uruguay y el derechista Jair Bolsonaro perdió en 2022, agrega.
Según Navia, todos los gobernantes están siendo castigados porque la gente está descontenta. Lo mismo ocurrió en Argentina, donde perdió el oficialismo y ganó la oposición.
Buquere y Abinader fueron reelegidos.
Navia reconoce que la tendencia podría cambiar en algunas elecciones próximas, como en El Salvador, donde Naive Buquere será reelegido el próximo febrero, y en República Dominicana, donde Luis Abinader intentará renovar su nombramiento presidencial en mayo.
Además, en Paraguay, el pasado mes de abril ganó las elecciones un candidato oficialista, Santiago Peña, del Partido Colorado. Sin embargo, la campaña electoral paraguaya no fue en absoluto feroz, según los politólogos chilenos.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la región entrará en 2023 en su segunda década perdida debido a la caída de los precios de las materias primas y a una tasa media de crecimiento del 0,8%. Daniel Zobat, Director Regional del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral, dijo a EFE que esto significa que, en lugar de ciclos políticos largos, hay más cambio de régimen y una tendencia muy clara hacia el voto de castigo al partido gobernante.
De las cuatro elecciones presidenciales celebradas este año, el voto de castigo prevaleció en todas menos en Paraguay. Los partidos progubernamentales perdieron en Guatemala, Ecuador y Argentina, pero en estos países los candidatos ganadores fueron sorpresas y nadie esperaba que ganaran, dijo Zobat.
Nueve presidentes elegidos en la segunda vuelta
Gabriel Boric de Chile, Pedro Castillo de Perú y Guillermo Lasso de Ecuador en 2021; Gustavo Petro de Colombia, Luiz Inacio Lula da Silva de Brasil, Rodrigo Chávez de Costa Rica en 2022; Guatemala en 2023. Bernardo Arévalo, el ecuatoriano Daniel Noboa y el argentino Javier Millay.
En 2024, el tema del cambio de régimen y el castigo al partido gobernante se habrá apagado, pero esta tendencia continuará, subraya Zobat.
Zobat, jurista y politólogo argentino, afirma que la tendencia es castigar al partido gobernante por un deterioro significativo de su capacidad de gobernar, más que por ser de izquierdas o de derechas.
Las encuestas dan como favoritas a Claudia Scheinbaum, de México, y a María Corina Machado, de Venezuela, pero en el caso de esta última, señala Zobat, no está claro qué elecciones se celebrarán, con o sin garantías.