(EFE).- La acumulación de nieve en el hemisferio norte ha disminuido significativamente en las últimas cuatro décadas debido al calentamiento global, especialmente en Estados Unidos y Europa del Medio y Este. Un estudio de la Universidad estadounidense de Dartmouth, publicado este miércoles por la revista ‘Nature’, presenta nuevas pruebas de que el cambio climático provocado por el hombre es responsable de que la cantidad de nieve en el oeste disminuya entre un 10 y un 20% cada década. y el noreste de Estados Unidos, así como Europa central y oriental.
La escala y la velocidad de esta pérdida ponen en grave peligro a cientos de millones de personas que dependen de la nieve para acceder al agua potable, afirman los investigadores. Aunque la comunidad científica ha debatido durante mucho tiempo el efecto del calentamiento sobre la capa de nieve (un indicador que a veces es contradictorio, admiten), los investigadores de Dartmouth ahora dicen que sus hallazgos han puesto fin a esa incertidumbre. Descubrieron que el 80% de la capa de nieve en el hemisferio norte sufrió daños mínimos, y en algunas regiones como Alaska, Canadá o Asia Central la capa de nieve incluso aumentó debido al aumento de las precipitaciones en forma de nieve en estas zonas.
Sin embargo, el 20% restante, necesario para el suministro de agua en algunas de las ciudades más grandes del mundo, ha disminuido. Estamos muy preocupados por el impacto del calentamiento en la cantidad de agua contenida en la nieve. Alexander Gottlieb, uno de los autores del estudio, dijo en un comunicado de prensa que la pérdida de estas reservas es el riesgo más inmediato y poderoso que el cambio climático representa para la sociedad, ya que la superficie reduce las nevadas y la acumulación.
Su impacto va más allá del agua potable y afecta a otros aspectos como los estilos de vida en muchas regiones donde la nieve forma parte del modelo económico que garantiza el sustento de las personas. Para Justin Mankin, autor principal del estudio, las zonas que dependen de la nieve para el turismo y la recreación se verán afectadas y los esquiadores se trasladarán a grandes estaciones donde se concentrará toda la demanda, provocando desventajas para las estaciones pequeñas y medianas. Existe un umbral para las temperaturas medias invernales que los autores del estudio fijaron en -8 grados, por encima del cual las nevadas aumentan rápidamente con cada aumento, aunque sea modestamente.
Para realizar su investigación, Mankin y Gottlieb se centraron en el impacto del calentamiento en la temperatura y las precipitaciones en 169 cuencas fluviales del hemisferio norte entre 1981 y 2020 y, con la ayuda de inteligencia artificial, programaron un modelo para probar miles de observaciones. experiencias. Gracias a ello, determinaron no sólo la pérdida de la capa de nieve, sino también la influencia de los cambios de temperatura y precipitaciones en su espesor.
Mankin advierte que la nieve es sensible al cambio y que los riesgos que supone su desaparición en el suroeste de Estados Unidos no son los mismos que en una ciudad de los Alpes o en las altas montañas de Asia. Pareja: EFE