(EFE).- Una representación de familiares de las víctimas de los atentados de la isla indonesia de Bali de 2002 pidieron este miércoles justicia al panel (jurado) del proceso militar que debe dictar sentencia contra dos acusados malasios en la base naval estadounidense de Guantánamo (Cuba).
En los ataques perpetrados en locales de ocio nocturno de Bali ese 12 de octubre de 2022 murieron 202 personas de una veintena de nacionalidades, entre ellas 88 australianos, 38 indonesios, 23 británicos y siete estadounidenses.
«Cada vez que escucho la palabra Bali el olor del lugar de la bomba y el olor de la carne humana vuelve a mí, lo siento como si llevase años en mis fosas nasales», afirmó Susanna Miller, cuyo hermano, el británico Dan, falleció a los 31 años en los atentados.
Su testimonio y el del resto de familiares ocurrió durante la primera jornada de la fase de sentencia del proceso penal contra Mohammed Farik bin Amin y Mohammed Nazir bin Lep, que se declararon culpables la semana pasada tras firmar acuerdos con la Fiscalía militar.
El panel, que fue elegido este martes y que está formado por cinco militares, dedicó gran parte de la sesión de este miércoles a estudiar las declaraciones hasta ahora secretas que Farik y Nazir presentaron ante la Fiscalía, antes de empezar a escuchar a los familiares bien entrada la tarde.
«No puedo decir que mi matrimonio fracasase debido a mi determinación de buscar venganza, pero ciertamente contribuyó», confesó Matthew Arnold, hermano del también británico asesinado en los atentados Tim Arnold, cuando tenía 43 años.
Arnold describió al jurado un relato de «devastación» familiar que ha afectado durante más de dos décadas a tres generaciones.
Chris Snodgrass, que perdió a su hija Deborah, estadounidense de 33 años, reconoció que su asesinato en los atentados yihadistas le despertó un sentimiento de «odio» hacia los musulmanes, con el que lleva lidiando desde 2002.