Barcelona.- Un estudio liderado por el copresidente del Instituto de Investigación del Hospital del Mar de Barcelona (España). Los ácidos grasos omega-3 se han relacionado con niveles más altos de ácidos grasos omega-3 en la sangre con un menor riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer. El trabajo, publicado en la revista Nutrients, se preparó a partir del análisis de datos de 260.000 personas de la base de datos del Biobanco del Reino Unido, el mayor número de participantes jamás utilizado en una investigación en este campo.
En el estudio participaron investigadores del Hospital del Mar, el Instituto de Investigación de Ácidos Grasos de Estados Unidos y el CIBER en Obesidad y Fisiología de la Nutrición (CIBEROBN). Puedes leer: El aceite de oliva reduce el riesgo de muerte por demencia Trabajar con un número tan grande de participantes permite a los investigadores incluir poblaciones más jóvenes que las estudiadas tradicionalmente. Así, dividieron a los participantes en voluntarios de 40 a 50 años, de 50 a 60 años y mayores de 60 años y pudieron vincular esta información con la aparición de la enfermedad de Alzheimer u otras demencias.
Esto se utilizó para estudiar si tener niveles elevados de omega-3 a los 50 años podría ayudar a prevenir la aparición de demencia unos años más tarde, explicó el investigador del Instituto de Investigación Médica. ‘Hospital del Mar, Aleix Sala-Vila. Además, el estudio tuvo en cuenta la edad, el sexo, el nivel educativo y las características genéticas de los participantes que se asocian con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer.
Estos hallazgos indican que los niveles altos de omega-3 se asocian con un menor riesgo en todos los grupos de edad, para hombres y mujeres, y para ambas enfermedades (demencia y enfermedad de Alzheimer). Por supuesto, las asociaciones más fuertes ocurrieron en hombres, en personas mayores de 60 años y en otras demencias además de la enfermedad de Alzheimer, dijo Sala-Vila. Los ácidos grasos omega-3 son un grupo de ácidos grasos que se encuentran en altas proporciones en los tejidos de los pescados grasos y algunos mariscos, así como en algunas fuentes vegetales como el aceite de soja, las nueces y las semillas de lino.
El tipo de omega 3 con mayores beneficios se ha descrito anteriormente como ácido docosahexaenoico (DHA), que se encuentra principalmente en el pescado azul, pero una nueva investigación vincula los beneficios con otros tipos. Entonces, el estudio refuerza la idea de que ciertos alimentos que no necesariamente son pescado, como las nueces, pueden beneficiar la salud del cerebro, señala Sala-Villa. Los resultados obtenidos no establecen una relación directa de causa y efecto entre los niveles de ácidos grasos en sangre y el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, por lo que para ello es necesario realizar estudios sobre la suplementación voluntaria de omega 3 en la dieta y compararlos.
a personas con una dieta normal. Este trabajo futuro podría utilizarse para estudiar qué poblaciones pueden beneficiarse más de la suplementación, para determinar mejor qué tipo de omega-3, la dosis más adecuada o incluso el tiempo necesario para tener un efecto clínico adecuado.