MADRID, 18 DE FEBRERO (EUROPA PRESS) – El futuro de Julian Assange se volverá a debatir la próxima semana en Reino Unido, en unas audiencias que podrían ser la última oportunidad del fundador de Wikileaks para evitar la extradición a Estados Unidos, donde se le acusa de filtrar un gran número de documentos confidenciales. Assange fue arrestado en el Reino Unido en abril de 2019, después de casi siete años de detención en la embajada de Ecuador en Londres. El programador se refugió inicialmente en la embajada para evitar una posible extradición a Suecia, donde también está siendo investigado y teme que este sea el primer paso hacia ESTADOS UNIDOS.
En junio de 2022, el gobierno británico autorizó el traslado de Assange a este país norteamericano, pero el fundador de Wikileaks está intentando por todos los medios impedir su traslado. El caso está actualmente siendo conocido por el Tribunal Superior, cuya audiencia está prevista para los días 20 y 21 de febrero. El resultado de este nuevo capítulo dependerá de si Assange tiene una nueva oportunidad de defender su caso ante los tribunales británicos o si el proceso se llevará ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
En los últimos días, su entorno ha relanzado una campaña exigiendo su liberación, convocando incluso protestas en varias ciudades. El miércoles pasado, el Parlamento australiano pidió a los gobiernos de Estados Unidos y del Reino Unido que liberaran al programador para que pudiera regresar a su tierra natal, en una resolución a la que se unió el primer ministro Anthony Albanese con varios partidarios. .
Sin embargo, el gobierno británico ha sido transparente en los últimos años y, además de aceptar la extradición, ha dejado el futuro de Assange en manos de los tribunales, en un aparente intento de evitar polémicas políticas o cuestionar la relación con Estados Unidos. en peligro. Respecto a Assange, quien según su abogado ha deteriorado gravemente su salud física y mental en los últimos años, enfrenta múltiples cargos de violación de la Ley de Espionaje de Estados Unidos y debe afrontar una pena máxima de 175 años de prisión.
proteger. ONG como Amnistía Internacional temen por su propia seguridad, así como por el impacto escalofriante que una condena tendría en la prensa mundial. La experta en lucha contra el terrorismo y justicia penal, Julia Hall, dice que está en juego la seguridad de los editores y periodistas de investigación de todo el mundo.
Si Julian Assange es llevado a Estados Unidos y procesado, la libertad de prensa también quedará en entredicho, declaró, antes de pedir a las autoridades estadounidenses que retiren todos los cargos y a las británicas que pongan fin a su detención arbitraria. Julian Assange no es el único en el banquillo. Al silenciar a Assange, añadió Hall, otros serán silenciados.
Una de las muestras de apoyo más controvertidas de los últimos días fue la del artista Andrei Molodkin, quien afirmó haber coleccionado 16 obras de arte, entre ellas pinturas de Picasso, Rembrandt y Andy Warhol, para rociarlas con ácido si Assange muere en prisión. . En total, se cree que las monedas valen más de 45 millones de dólares y se guardan de forma segura, a la espera de que se resuelva el caso del fundador de Wikileaks, informó Sky News.
Entre quienes apoyaron su iniciativa se encontraba la esposa de Assange, Stella.