Alejandro Cáceres, un colombo-estadounidense experto en seguridad informática, de 38 años, era conocido con el seudónimo de P4x cuando marcó un punto de inflexión en la la historia del individuo. confrontación en línea contra el gobierno de Corea del Norte. Desde su residencia en Florida, Cáceres lanzó un contraataque cibernético que inhabilitó sitios web norcoreanos durante más de una semana.
Esta acción fue una represalia por los esfuerzos de espionaje de los agentes norcoreanos para apropiarse de sus herramientas de piratería. Considero que esta es la acción adecuada. Si no demostramos que podemos defendernos, estos incidentes seguirán ocurriendo, afirmó Xemeres, refiriéndose a sus razones para enfrentarse al régimen de Kim Jong-un.
Este ciberactivista, caracterizado por tatuajes relacionados con el hacking y su disposición a asumir riesgos, no sólo persigue una venganza personal sino que también pretende transmitir un mensaje potente: los esfuerzos contra los hackers en Estados Unidos no serán la respuesta. Lejos de enfrentar cargos por sus acciones de piratería, la estrategia adoptada por Xemeres atrajo el interés del gobierno estadounidense y creó la oportunidad para una posible cooperación. Fue invitado a compartir sus métodos con destacados funcionarios de inteligencia y defensa de Estados Unidos.
El objetivo es proponer un enfoque más dinámico y eficaz, a diferencia del enfoque tradicional, lento y cauteloso que caracteriza el modelo gubernamental de ciberguerra. A pesar de sus esfuerzos y propuestas, Cáceres expresó su descontento por la falta de aprobación oficial de su modelo de operación cibernética respaldado por el gobierno. Esta situación le llevó a dejar de lado el seudónimo P4x para enviar un nuevo mensaje a sus compatriotas: la urgencia del gobierno estadounidense de hacer cumplir con más fuerza sus capacidades cibernéticas.
Cáceres también destacó la persistente amenaza digital que representan los grupos de ransomware, principalmente con sede en Rusia, que han tratado de extorsionar más de mil millones de dólares a través de tarifas de extorsión. Además, señaló el robo de billones de dólares en criptomonedas por parte de piratas informáticos vinculados a Corea del Norte, que han ayudado a enriquecer el arsenal tecnológico del régimen de Kim Jong-un utilizando recursos tecnológicos occidentales. Durante dos años, Cáceres y el contratista del Pentágono que se le unió han presionado agresivamente para que el gobierno de Estados Unidos adopte una postura más audaz contra los ciberataques patrocinados por el Estado.
Describen este enfoque como un modelo de fuerzas especiales, caracterizado por piratas informáticos individuales o pequeños grupos que llevan a cabo operaciones digitales precisas y específicas. Esta propuesta se posiciona en oposición al tradicional enfoque burocrático e inflexible de la guerra cibernética practicado por Estados Unidos. Según la Real Academia Española (RAE), un hacker o hacker se define como una persona con habilidades avanzadas en gestión de TI que explora los sistemas informáticos con el objetivo de identificar problemas y desarrollar técnicas para optimizarlos.
Los llamados Black Hats o ciberdelincuentes son piratas informáticos que irrumpen en sistemas o redes sin permiso con objetivos maliciosos, como dañar sistemas, acceder a información financiera, datos personales, contraseñas o propagar virus. Dentro de esta categoría, hay dos subgrupos: Crackers, que se especializan en modificación de software, creación de malware, fallas de servidores e infecciones de red, y Phreakers, que se enfocan en el sector de las telecomunicaciones. Por otro lado, los Sombreros Grises tienen una ética diferente según la situación y el contexto.
Proporcionan sus servicios a organizaciones como agencias de inteligencia, grandes corporaciones o gobiernos y pueden revelar información útil a cambio de una compensación financiera. Los white hats o hackers éticos se dedican a identificar y reportar vulnerabilidades o deficiencias en los sistemas de seguridad. Los principiantes son personas nuevas en el campo de la ciberseguridad, con poca experiencia y conocimientos avanzados.
Representan principiantes que ingresan al mundo del hacking. Finalmente, los ciberatacantes han ganado notoriedad en los últimos años por su capacidad para llevar a cabo ciberataques con motivación política. Anonymous es uno de los ejemplos más destacados de este grupo.