Cada vez está más claro que el objetivo de Estados Unidos, con su política proteccionista contra China, es frenar el desarrollo económico de la gran nación asiática. Esta política se ha visto reforzada en los últimos años por razones geopolíticas, económicas y de seguridad nacional. El problema es la pérdida de influencia global y la necesidad de proteger los intereses económicos y estratégicos de Estados Unidos, en un mundo cada vez más multipolar.
Si nos atenemos a Según datos del Fondo Monetario Internacional, la economía de China superó a la Estados Unidos en paridad de poder adquisitivo en 2017, pero no en dólares corrientes. Sin embargo, un artículo de investigación de Goldman Sachs de diciembre de 2022 (El camino hacia 2075: el crecimiento global es más lento, pero aún converge) predice que China superará a Estados Unidos como la principal economía del mundo en dólares corrientes para 2035.
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Aunque el crecimiento en China se ha desacelerado en los últimos años, la investigación de Goldman Sachs ofrece tres razones para su predicción. Primero, China ha cerrado en gran medida la brecha con el PIB estadounidense: el PIB de China ha aumentado del 12% en 2000 a casi el 80% del PIB estadounidense en la actualidad. En segundo lugar, a pesar de importantes revisiones a la baja, el potencial de crecimiento en China sigue siendo significativamente mayor que en Estados Unidos, según estimaciones revisadas de Goldman Sachs (4,0% frente a 1,9% en el período 2024-29). En tercer lugar, además de las diferencias en el potencial de crecimiento, los autores del informe esperan que parte de la sobrevaluación real del dólar estadounidense frente al yuan chino se revierta en un plazo de 10 a 15 años. El desempeño relativo de Estados Unidos ha sido más fuerte de lo esperado durante la última década, lo que la historia sugiere que es poco probable que vuelva a suceder en la próxima década. El potencial de crecimiento en Estados Unidos sigue siendo significativamente menor que el de las principales economías emergentes, y se espera que parte de la fortaleza excepcional del dólar estadounidense en los últimos años se erosione en los próximos 10 años.
Sin duda. , China se ha convertido en una potencia económica mundial, desafiando la superioridad económica de Estados Unidos. La rápida expansión de la economía de China plantea una amenaza al estatus de Estados Unidos como la economía más grande del mundo. Un buen ejemplo de lo que acabamos de presentar es la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que prevé proyectos de infraestructura a gran escala, que permitirán a China aumentar su influencia en los países asiáticos, africanos, europeos, latinoamericanos y caribeños..
Además, China se ha convertido en un referente en desarrollo tecnológico, destacándose en campos como la inteligencia artificial, las telecomunicaciones, la tecnología 5G, la fabricación de coches eléctricos y el universo de la industria aeronáutica. China se ha convertido en un importante competidor global. Por eso quieren limitar el crecimiento de las empresas tecnológicas chinas alegando que ponen en peligro infraestructuras críticas, como es el caso de Huawei
Desde Estados Unidos, lo que vemos es que el ascenso de China va acompañado por la expansión de su influencia económica y política a nivel global, debilitando la capacidad de Estados Unidos para ejercer su influencia en diferentes regiones del mundo.
Durante muchos años, Estados Unidos ha sido un defensor de la libertad acuerdos comerciales y de libre comercio. Todo esto se ha detenido gracias al desarrollo económico de China, dejando claro que al final, más allá de la retórica, lo que prevalece en la política estadounidense son los intereses del país. Si el libre comercio pone en peligro al Norte. Hegemonía estadounidense, adiós libre comercio. Limitar la capacidad de China para expandir su influencia en todo el mundo significa reducir el acceso al mercado estadounidense. El resto es la condición de existencia, es decir, el Imperio.