No importan las calles cerradas y destrozadas, tampoco las máquinas pesadas ni los cientos de hombres con chalecos naranja, cascos protectores y botas gruesas de goma, que trabajan arduamente en el embellecimiento y remozamiento de la Ciudad Colonial, la magia y el atractivo, de la añeja zona, le dan una belleza mística que motivan a diario la visita de cientos de turistas.
A más de dos años de haber iniciado la segunda etapa del Programa Integral de Desarrollo Turístico y Urbano de la Ciudad Colonial de Santo Domingo, por parte del Ministerio de Turismo, con inversión de 500 millones de pesos los trabajos, aunque lentos, siguen sin detenerse abarcando toda la área.
La inversión se ejecuta a través del Comité Ejecutor de Infraestructuras de Zonas Turísticas (Ceiztur), con inversión de 500 millones de pesos del Mitur y unos 100 millones de parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con la que se persigue mejorar toda la zona.
Ya algunas áreas han sido terminadas y entregadas por el Gobierno, como lo son: un tramo de las calles Las Damas, desde la Plaza Pellerano Castro hasta Plaza Reloj de Sol, una vía con una longitud de 456 metros, la cual fue totalmente remozada, pero aún sigue cerrada.
También otros tramos de vías han sido habilitados para su uso como el de: Las Mercedes en su etapa 1 y 2, y la calle Salomé Ureña desde la Arzobispo Meriño hasta la Hostos están siendo usados.
Otra obra entregada por el presidente Abinader y el ministro de Turismo (Mitur), David Collado, fue el Museo Fortaleza de Santo Domingo, conocida como Fortaleza Ozama, donde se agregaron nuevos y modernos contenidos museográficos. En febrero pasado el Mitur había entregado la Puerta de la Misericordia.