Se debe tener extrema precaución al repatriar haitianos ilegales desde territorio dominicano. ¡Mucho cuidado! No es tan simple como llenar “camiones” con inmigrantes negros y transportarlos a través de la frontera. ¡NO LO SON! ¡No es tan simple!
Dije que el principal problema de la República Dominicana es Haití. No lo digo con odio, lo digo con tristeza.
Entre Haití y República Dominicana deberían haber existido lazos históricos de hermandad, pero en realidad no los hubo. Las élites, tanto haitianas como dominicanas, se han dividido sobre la explotación económica de los dos pueblos, reduciéndolas al resentimiento por un pasado que debería haber sido borrado de la historia.
Las élites políticas y sociales que han gobernado La isla desde hace muchos años sigue promoviendo y propagando la violencia, el fascismo, la xenofobia, el racismo, el odio y la venganza, con argumentos históricos que debieron ser borrados de la conciencia hace años. de dos pueblos, caminando unidos, ocupando cada uno el espacio geográfico que las circunstancias históricas les habían impuesto.
Lo dejo claro, antes de que me cremaran, me arrojaran a la pira funeraria de los inquisidores nacionalistas con panfletos decir que no apoyaba a Haití; Soy dominicana, de puro origen! ¡Que se sepa! Pero tampoco estoy en contra de Haití. ¡Te lo dije!
No pocos dominicanos creen que el gobierno debe actuar con mano de hierro contra los haitianos; repitiendo las hazañas de Trujillo en 1937, quien ordenó el asesinato de miles de haitianos, como si fueran animales y no humanos. No creo que esa sea la solución al problema que ciertamente tiene este país. La solución debe ser unificada y, por tanto, humana.
El anuncio del presidente de repatriar a miles de haitianos, diez mil cada semana, no debería haberse hecho. Esta es mi humilde opinión. Esto no es posible. No existen los recursos ni las estructuras necesarias para detener y repatriar a un número tan grande de inmigrantes ilegales cada siete días. Creo que el presidente Luís Abinader hizo tal amenaza para llamar la atención de la comunidad internacional, especialmente de Estados Unidos, que no desea resolver el problema de Haití.
Estados Unidos está preocupado por Venezuela, la principal reserva petrolera del planeta, no Haití, donde sólo hay miseria y desolación; le preocupa el conflicto entre China y Taiwán, pero no Haití; le preocupa y preocupa la guerra entre Rusia, la OTAN y Ucrania, pero no la extrema pobreza de Haití; Le importan y le preocupan los conflictos en Israel, la Franja de Gaza, Palestina y Oriente Medio, donde se está produciendo un genocidio, pero no le importa Haití, el país situado justo al lado de su vasto territorio.
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