Publicado por Yasmel Bueno
REDACCIÓN INTERNACIONAL (Gizmodo).- Los silenciadores son los protagonistas de muchas películas y videojuegos. Probablemente hemos visto mil veces al espía de turno enroscar uno de estos tubos en el cañón de un arma de fuego, pero ¿cómo funcionan exactamente?
La mayor parte del estruendo de un disparo se debe a los gases generados por la explosión de la munición. Estos gases salen a altas velocidades y temperaturas. Cuando salen del cañón, estos gases se expanden y enfrían de golpe, produciendo el característico sonido de la explosión.
El tubo de un silenciador está compuesto de varias cámaras. La bala pasa sin problemas por los orificios que separan estos habitáculos, pero los gases de la combustión no. En lugar de salir de golpe, llenan cada cámara y pasan a la siguiente, expandiéndose de forma más paulatina y controlada, y reduciendo el ruido.
Lo paradójico del asunto es que los silenciadores son los protagonistas de una de las mayores mentiras del mundo del espectáculo porque, en realidad, apenas silencian el ruido del disparo. Parte del sonido también se debe a la propia velocidad de la bala y al mecanismo mecánico de la pistola. Estas dos fuentes adicionales de ruido no pueden reducirse con el silenciador.
El nombre técnico de los silenciadores es supresores, y su razón de existir no es convertir al tirador en un ninja indetectable como tantos videojuegos nos quieren hacer creer, sino evitar que se quede completamente sordo al disparar un arma en espacios cerrados.
En líneas generales, se considera que un sonido es seguro para la integridad del oído a salvo si no supera los 140 decibelios. Los supresores permiten reducir el ruido por debajo de esa marca, pero el estruendo sigue siendo considerable y, desde luego, no ayuda al tirador a pasar desapercibido. Este simpático vídeo de RagnarRox lo explica muy bien. [vía Sploid]