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“Apártense de ahí. Por ese lado sacan a los heridos…”, fueron las palabras de los familiares de las víctimas del derrumbe ocurrido la madrugada del martes en una estructura del Distrito Nacional, mientras veían al presidente Luis Abinader, junto a funcionarios, policías y militares que lo acompañaban, “estorbar” el espacio utilizado por los socorristas para atender a los rescatados.
“Esta es la ruta más rápida para nuestros hijos y familiares, un segundo que se pierda para subirlos y llevarlos al (hospital) es fatal… Tírense fotos allá, pero aquí no”, le gritaban al primer mandatario y a los demás empleados del sector público que estaban cerca.
Según los informes oficiales, la cantidad de fallecidos ya supera los 58, sin embargo. Hasta las 8:18 de la mañana, momento de la llegada del presidente Abinader para solidarizarse con los afectados, afuera de la discoteca Jet Set, ubicada en la avenida Independencia.
Precisamente, en este escenario de incertidumbre y angustia permanecían desesperados los parientes en el costado derecho de la edificación colapsada, esperando un milagro que les devolviera con vida a sus seres queridos atrapados en las ruinas.
Pero, el preocupante momento “se vio afectado”, según comentaban, con mayor desconsuelo cada vez que los responsables o comandantes y directores de los cuerpos castrenses interferían las labores de los equipos al pasar protegidos por el personal de seguridad.
“Tengo a mi hija ahí (dentro de los escombros), mi hija que me dio la vida, mi pequeña está ahí y no ha salido aún. No me importa nada, lo único que quiero es que mi hija salga”, dijo una madre, quien identificó a su hija de 30 años como Laura Stephanie.
A esto se suman las informaciones compartidas por los organismos de atención a emergencias, las cuales se comunicaban justo enfrente del camino destinado a las ambulancias, con el objetivo de agilizar los traslados a las salas médicas. Sin embargo, esto provocó que en ocasiones las ruedas de prensa dificultaran la salida de estos vehículos.
“Por favor, dejen pasar a la ambulancia, por favor…”, clamaban con fuerza varios parientes de los afectados, al director del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), Juan Manuel Méndez; a la ministra de Interior y Policía (MIP), Faride Raful; y a representantes de otras instituciones.
Además, los allegados a los heridos también lamentaron las acciones de algunas personas que se hacían pasar por periodistas para grabar en áreas muy cercanas al recorrido utilizado por los rescatistas, como punto destinado a los cuerpos de los que aún pudieran sobrevivir.
“Estamos profundamente consternados y confiamos en Dios que les dé fortaleza a las familias afectadas”, dijo el presidente Abinader acompañado de la primera dama, Raquel Arbaje.
Indicó que desde el momento del derrumbe ha estado informado sobre la catástrofe, “minuto a minuto”, y poniendo a disposición las instituciones de emergencias para rescatar a la mayor cantidad de personas con vida.
“Desde anoche estamos minuto a minuto siguiendo esta tragedia para procurar que todos los recursos e instituciones de emergencia del gobierno estén a disposición como han estado, pero aún nos falta y tenemos la fe en Dios de que vamos a rescatar a más con vida que estén en esta ruina”, dijo Abinader.
Aseguró que lo primordial en estas primeras horas es rescatar con vida a los afectados. Se refirió a la gobernadora de Montecristi, Nelsy Cruz, quien falleció en la Plaza de la Salud.
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