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SANTO DOMINGO.-La sobreexposición digital crea, en los cerebros de los jóvenes lectores, un hábito de atención dispersa, lo que afecta su capacidad de concentración y reduce su tolerancia al esfuerzo.
La lectura, sobre todo en la etapa inicial, demanda tiempo, paciencia y esfuerzo cognitivo.
Sin embargo, cuando los niños han desarrollado una baja tolerancia al esfuerzo debido al consumo rápido de contenido digital, enfrentan mayores dificultades para involucrarse en actividades que requieren atención sostenida, como la lectura.
Con estas palabras inicia una oportuna entrevista la doctora Laura Sánchez, quien destaca que el problema no es únicamente la exposición al mundo digital, sino la velocidad con la que se presentan los contenidos en los dispositivos electrónicos.
“Ya sea a través de juegos, redes sociales o incluso libros digitales, un mismo dispositivo ofrece múltiples actividades en simultáneo, lo que genera la sensación de tener que procesar muchas cosas al mismo tiempo”, señaló.
La experta, quien es directora del Laboratorio de Neurocognición y Psicofisiología (Neurolab), al hablar de los riesgos en la primera infancia, explica que si bien los dispositivos electrónicos tienen ventajas educativas, es importante considerar lo que los niños dejan de hacer cuando están expuestos en exceso a las pantallas.
Dice que no se trata solo del tiempo de uso, sino de que otras actividades esenciales para su desarrollo están siendo reemplazadas. Por ejemplo, el tiempo frente a pantallas puede reducir la actividad física, y en la primera infancia el movimiento es clave para el desarrollo cognitivo.
La motricidad gruesa no solo fortalece el cuerpo, sino que está vinculada al desarrollo cerebral. Asimismo, la interacción social cara a cara es fundamental para el desarrollo socioemocional y lingüístico, algo que no puede ser completamente sustituido por una aplicación educativa.
Indica que otro aspecto preocupante es la velocidad con la que los niños consumen información en pantallas, lo que puede generar ansiedad y dificultades para manejar la frustración, y la exposición excesiva puede afectar el comportamiento en línea y la salud mental, contribuyendo a problemas como irritabilidad.
Los más vulnerables
Destaca que la Academia Americana de Pediatría recomienda que menores de dos años no tengan exposición a pantallas, excepto en situaciones puntuales, como videollamadas o videos de canciones infantiles.
Para niños de 2 a 5 años, se sugiere un máximo de una hora diaria, siempre con contenido educativo de calidad y supervisado por un adulto, agregando: “Los niños más pequeños son los más vulnerables, ya que su cerebro está en una fase de desarrollo acelerado y es altamente moldeable a los estímulos del entorno”.
Para abordar estos temas el Grupo Editorial Loro anunció la octava edición del Foro sobre la Comprensión Lectora, evento que se ha consolidado como un espacio de reflexión y debate sobre los desafíos y tendencias en torno a la lectura comprensiva en un mundo cada vez más digitalizado.
Programa integral
— El evento
Sánchez participará junto a otros expertos en el foro “Haciendo del Espacio Digital un Aliado en el Aula”, y se llevará a cabo el 24 de abril en el Centro León en Santiago a partir de las 4:00 de la tarde.
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