Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Daniel López (Sevilla, 50 años) se cuestionó la creación de Youforgetme a partir de una duda que asalta a muchos padres y madres como él: ¿qué saben las redes sociales — y cualquiera con acceso a internet — de mi hijo? El año pasado, el 96% de los niños entre 10 y 15 años utilizó internet alguna vez, y casi el 70% tenía teléfono móvil, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Este emprendedor se propuso “proteger y educar a los niños y adolescentes en el entorno digital” y creó en 2021 Youforgetme, una startup radicada en Sevilla. Mediante una plataforma online, ofrece la posibilidad de “desmenuzar absolutamente lo que se ha publicado sobre una persona introduciendo solo algunos datos sobre ella”, explica López que, además, es CEO de la empresa que cofundó junto a su hermana María Jesús López, encargada del marketing y comunicación, y Rosa María Martínez, responsable del área legal.
Si bien Youforgetme está dirigida a cualquier persona, sin importar su edad, López siempre tuvo claro que su misión primordial eran los menores. La empresa puso en marcha también Mi Huella Digital, una plataforma especializada y dirigida exclusivamente a los centros educativos en la que, por el momento, han participado cerca de 200 colegios, prestando servicio a más de 10.000 alumnos de toda España.
Desde esta startup encuentran casos que vulneran la intimidad de los menores cada semana. Varios ejemplos: un adolescente guarda la foto de una chica de su clase, la edita para simular que está desnuda y la manda a sus colegas por WhatsApp; alguno crea un perfil de Instagram de un compañero sin su consentimiento; otro comparte el número de teléfono y una captura de una conversación con otro chico… Eliminar el rastro digital de todas estas acciones es complicado. “Abres una cuenta en dos minutos y tardas en eliminarla tres horas”, sostiene López sobre el proceso de indexación de los contenidos, que hace que se mantengan más tiempo del esperado. “Si eres capaz de hacerlo en menos, te contratamos”, bromea Daniel.
Muchas veces son “accidentes digitales”, dice López, es decir, acciones que se realizan sin mala intención, aunque a veces sí la tienen: el 9,4% del alumnado en España es víctima de acoso escolar, según el VI estudio La opinión de los estudiantes, publicado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación Anar en 2024. De ese porcentaje, el 6,5% lo sufre presencial, el 1,1% online y el 1,8% de los casos padece simultáneamente ambos tipos, según este estudio basado en respuestas de más de 9.300 alumnos de entre 11 y 14 años y de 454 profesores de centros docentes de toda España.
Tanto los menores como cualquier cliente de Youforgetme que contrate sus servicios puede acceder a todos los datos, fotografías y vídeos publicados en la red al registrarse en su plataforma. La aplicación, incluso, señalará el contenido clasificado como adulto (por su lenguaje tóxico, por ejemplo). Para inscribirse, la persona tiene que aportar su nombre, número de DNI — verificar que está buscando información sobre sí misma — y un selfie en el que se le vea bien el rostro. También puede agregar información complementaria como el WhatsApp, su perfil de Instagram o de TikTok, y el correo electrónico.
La plataforma aplica su tecnología basada en la inteligencia artificial para, a partir de la fotografía subida, mostrar los resultados en imágenes que se asemejen a ella en más de un 80%. Aparecerá toda la información pública de esa persona en internet, desde redes sociales que no sean privadas hasta webs. Es aquí cuando el usuario indica si ese resultado es positivo, neutral o negativo: “Si decides que quieres borrarlo, nosotros automatizamos el proceso; da igual si lo has subido tú o cualquier otra persona”, detalla María Jesús López.
En el caso concreto de Mi Huella Digital, los padres firman el consentimiento para que sus hijos usen la plataforma, ya que son los únicos que tienen acceso a sus usuarios y contraseñas. Gracias al mecanismo, los menores tienen el control para decidir lo que no quieren que se distribuya en internet sobre ellos, aunque siempre serán sus progenitores o el coordinador de bienestar de su centro educativo quienes eliminarán la imagen. La figura del coordinador “es obligatoria en todos los centros educativos por ley. Es quien vela por la protección de los menores ante cualquier tipo de violencia, sensibiliza a la comunidad educativa y forma a las familias para que haya una sintonía”, explica María Jesús López.
Si algún niño acosa a otro, por ejemplo, con la creación de un meme de su cara que manda por WhatsApp, este coordinador tiene que notificarlo a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). Este proceso, que es manual e implica que el responsable comunique, recabe información y tenga las destrezas para poder capturar esa imagen, se simplifica gracias a Mi Huella Digital, según explica María Jesús López: “Adaptamos nuestra tecnología a estas necesidades, pero además ofrecemos talleres para menores y padres y trabajamos mano a mano con el equipo educativo a lo largo del año para que haya una continuidad”.
Humanizar lo digital y proteger fue lo que interesó de Youforgetme a Fundalogy, la sociedad inversora en startups de Fundación Unicaja que decidió apoyar a esta empresa, como explica su director general, Javier de Pro: “La exposición de los menores es un problema gravísimo y cada vez hay una regulación más exigente, pero hacía falta pedagogía”, resalta. Para él, Youforgetme aporta una “solución práctica” a las trabas de la privacidad en línea y lo enfoca de una manera diferente: “Es una empresa robusta en cuanto a su tecnología”.
Este servicio de formación y acompañamiento fue en el que se fijó el centro sevillano St. Mary’s School para implantarlo al inicio de este curso escolar. Carmen Egea (Sevilla, 45 años), directora pedagógica y coordinadora de bienestar del centro, conoció la startup en su intención por mejorar la convivencia escolar del colegio y convertirse en uno de los 257 Centros Referentes en Educación en Derechos de Infancia de Unicef que hay en España (ya han alcanzado el máximo grado, el nivel tres). “La principal labor en un centro educativo es la del cuidado. A mí, como madre, lo que me interesa es que mis hijos estén muy seguros”, explica.
Egea, que lleva 22 años como educadora, ha recibido gracias a Youforgetme una formación específica para liderar el programa en Primaria, Secundaria y Bachillerato. Además, los docentes del colegio privado recibieron a finales del curso pasado un taller sobre protección de datos personales, privacidad y huella digital, para accionar el plan diseñado junto al equipo de Mi Huella Digital. “El ciberacoso es lo más dañino que hay ahora mismo para los menores”, señala sobre cómo evolucionan y se sofistican estas injusticias. Lo hacen incluso a través del lenguaje. La experta recuerda que cuando vio la serie Adolescencia, que se estrenó el pasado mes de marzo en Netflix y trata precisamente sobre el bullying y sus terribles consecuencias en esa etapa, dijeron una palabra que ella no conocía: incel. El término se emplea en comunidades de internet para nombrar a los hombres incapaces de relacionarse romántica y sexualmente con las mujeres. “La empresa se encarga de hacer la investigación, nos actualiza incluso en estas expresiones a las que no llegamos, y nos aconseja cómo adaptarnos”, aclara.
Mi Huella Digital también tiene una sección de denuncia anónima. Los menores son los principales testigos de lo que ocurre entre ellos. María Jesús López señala que los adultos no pueden estar en todo, ni espiar qué se dice en redes. “[Los menores] son los primeros que saben si están insultando a alguien”, y aclara el proceso: “Le llega la información al equipo de Carmen [Egea], se notifica a la agencia de protección de datos y la respuesta es más inmediata”, describe. Al final, el objetivo es que aprendan a cuidarse y protegerse entre ellos: “Los acompañamos para ser más empáticos. Si mañana es tu amigo, tu hermano o eres tú…, te gustaría que alguien te ayudara”.
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