Tecnologia

Promueve la normativa

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Desde ese organismo internacional, Artigas subraya la necesidad de una regulación sólida para asegurar el control de esta tecnología, y asegura: "La regulación no frena la innovación".

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

MADRID. — La inteligencia artificial (IA) “es la única tecnología con la capacidad de evolucionar sin intervención humana”, alerta Carme Artigas, quien fue secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial en España y actualmente copreside el Consejo Asesor de IA de Naciones Unidas.

Desde ese organismo internacional, Artigas subraya la necesidad de una regulación sólida para asegurar el control de esta tecnología, y asegura: “La regulación no frena la innovación”.

Según explica, los marcos legales deben enfocarse en los usos de riesgo de la IA, no en su desarrollo general.

“¿Quién se tomaría un medicamento sin garantías sanitarias?”, se cuestiona Artigas, al destacar la importancia de que los sistemas de inteligencia artificial cuenten con controles similares a los requeridos en sectores como la medicina, la alimentación o la automoción. “Con la inteligencia artificial debe ser igual”, puntualiza.

Artigas defiende el modelo europeo frente a las estrategias de Estados Unidos y China, y afirma que “Europa está perdiendo la batalla de la narrativa” frente a relatos que, en su opinión, son falsos. Aun así, resalta como fortaleza del continente “el orden global basado en normas” y la existencia de un estado de bienestar consolidado.

Respecto a los usos de esta tecnología, Artigas explica que es necesario distinguir entre “lo bueno, lo malo y lo feo”.

Entre los beneficios, destaca su capacidad para detectar amenazas cibernéticas y automatizar respuestas ante incidentes. No obstante, reconoce desventajas, como los falsos positivos y la dependencia de datos fiables.

Sobre los aspectos más problemáticos, advierte sobre “brechas éticas y legales”, ya que algunos sistemas pueden vulnerar la privacidad o utilizar contenido protegido sin autorización. Insiste en que deben existir salvaguardas que garanticen que las decisiones finales “siempre las tome un ser humano”.

“Si un sistema automatizado me niega un tratamiento médico, tengo derecho a una segunda opinión humana”, enfatiza Artigas, quien lanza una advertencia: “No podemos delegar, abdicar en la tecnología”.

Carme Artigas ha defendido en ese sentido la Carta de Derechos Digitales que se aprobó en España en 2021 para garantizar que los derechos de la ciudadanía en un mundo analógico estén protegidos también en los entornos digitales y reforzar la confianza de los ciudadanos en las nuevas tecnologías.

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