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A lo largo de su vida, Rubby fue más que “la voz más potente del merengue”: fue también un ejemplo de superación.
Su primer gran desafío llegó a los 14 años, cuando fue atropellado por una guagua mientras caminaba de regreso desde Piedra Blanca hacia Haina. Lo hizo para ahorrar los 100 pesos que su padre le había dado para el transporte.
Ese accidente lo dejó con fracturas en el fémur, tibia, peroné, clavícula y un fuerte golpe en la cabeza. Estuvo dos años sin poder caminar ni hablar, y fue en el Hospital Darío Contreras donde, según él mismo contó en una entrevista con Silvio Mora, “Dios me dio la vida otra vez”.
Aquel episodio truncó sus sueños de ser pelotero, pero lo impulsó a encontrar su verdadero propósito: cantar. Desde entonces, Rubby Pérez abrazó la música como destino, aun cuando las secuelas físicas de aquel accidente lo acompañaron toda su vida.
“Mi problema es aquí en la rodilla”, dijo en una entrevista con el humorista Carlo Sánchez, descartando que tuviera prótesis pero dejando claro que cargaba una lesión permanente.
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Y aunque su voz siempre se mantuvo poderosa, su salud fue puesta a prueba en diversas ocasiones. En 2021 fue operado de la vesícula. Aun convaleciente, compartió con sus seguidores un mensaje lleno de esperanza: “Atravesé por momentos muy difíciles, pero el Señor no me abandonó. Gracias a sus oraciones, hoy sigo adelante”.
Ese mismo año también se enfrentó al Covid-19. Al anunciar su diagnóstico, explicó que no tenía síntomas graves, pero debió cancelar todas sus actividades navideñas y permanecer en aislamiento. Aun así, nunca dejó de pensar en volver a los escenarios.
Pese a las adversidades, Rubby Pérez continuó ensayando, grabando y cantando en vivo, siempre con la sonrisa que lo caracterizaba y sus auténticas frases como: “¡Que liiindo! y ¡A todo galope!
Su determinación por mantenerse vigente en la música fue tan fuerte como su voz: no se rindió, ni siquiera en los días más duros.
El legado de Rubby no solo se mide en discos o aplausos, sino en su capacidad para mantenerse en pie -aun cuando el cuerpo pedía reposo- y seguir haciendo lo que amaba hasta su último aliento de vida que fue en una tarima.
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La madrugada del martes 08 de abril, el techo de la discoteca Jet Set se desplomó durante una presentación en vivo, provocando la muerte de más de 200 personas, incluyendo al legendario Rubby Pérez.
El siniestro ocurrió mientras decenas de asistentes disfrutaban de un espectáculo en vivo en el icónico centro nocturno, considerado una catedral de la música tropical en República Dominicana.
Mientras tanto, el Gobierno ha dispuesto una investigación que determine las causas del colapso estructural, mientras el país continúa en duelo por la pérdida de vidas humanas y figuras tan representativas como Rubby.
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