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Luis Miguel del Amargue, padre de nueve hijos, de niño sintió interés por el béisbol pero la bachata lo atrapó

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Eso le dio la oportunidad al bachatero, por las gestiones de un primo, de grabar él la producción.

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Inspirado por el artista mexicano Pedro Fernández, comenzó a cantar en su natal Azua de Compostela desde los siete años en la escuela y de ahí participó en varios festivales.

Al igual que muchos niños dominicanos, el béisbol estuvo en la mira de Luis Miguel del Amargue. Sin embargo, su camino ya estaba marcado, tanto que él mismo asegura “nació siendo músico”.

De pequeño, su madre tenía una radio donde escuchaba muchas rancheras y ahí él se aprendía las canciones hasta durmiendo.

De esa manera componía sus canciones y así aprendió a tocar la guitarra. Nunca ha seguido fórmulas ni diseñado estrategias de marketing.

Componía con una grabadora de casete a mano, en las madrugadas, inspirado por sueños o impulsos del momento.

“Era como que las canciones me hablaban”, expresó durante su conversación en “El cuartico”, el podcast de Listín Diario.

A lo largo de su carrera, Luis Miguel nunca siguió fórmulas. Su éxito ha sido el resultado de una entrega genuina, de seguir su pasión sin reservas, incluso cuando su padre no aprobaba que un niño estuviera cantando en negocios.

“Donde había una oportunidad, ahí yo me metía”, recuerda el cantante nativo de Azua y que en marzo pasado fue elegido por la Asociación de Cronistas de Arte como el bachatero del año de Premios Soberano correspondiente al 2024.

Inspirado por el artista mexicano Pedro Fernández, inició a cantar desde los siete años en la escuela y de ahí participó en varios festivales, los cuales ganaba seguidos e incluso hubo quienes intentaron impedir que participara.

Con cariño recuerda que tuvo una infancia feliz en su pueblo, Azua de Compostela: “Ojalá los niños de ahora pudieran vivir lo que nosotros vivimos”, dijo y criticó con tristeza cómo ha cambiado la crianza y el entorno social: “Hoy en día tú ves a cualquier chiquillo de 12 o 13 años con un vape en la mano. A mí me veían con un cigarro en la mano y me daban un sopapo que la mitad era poco”.

“Hoy en día ya uno prácticamente no está criando a sus hijos, los hijos de uno se los está criando el mundo”, agregó.

El intérprete de “Niña coqueta” siempre estuvo seguro de lo que quería, por lo que empezó a pedirle a un grupo musical que lo dejara cantar en sus fiestas, pero eso fue algo con lo que su padre no estaba de acuerdo, debido a que esas actividades eran en discoteca y él era aún menor de edad.

“En determinado momento, pues me vi en la obligación de tener que dejar la escuela ya cuando llegué a sexto grado y se cansaron los profesores de mandarme recados. Yo estaba muy, muy adentrado en la música”.

Robert Sisa Paula, obtuvo su nombre a los 15 años por casualidad, ya que no estaba destinado para él, sino para otro cantante de su pueblo a quien le tenían todo un concepto listo, incluso el nombre artístico, solo faltaba que mande la voz. Sin embargo, cuando llegó el momento, ese joven se asustó y no pudo grabar. Eso le dio la oportunidad al bachatero, por las gestiones de un primo, de grabar él la producción. “En una sola noche me aprendí ocho temas”. Así nació el nombre de Luis Miguel del Amargue. Aunque de esa producción ningún tema se popularizó.

De su segundo álbum se desprenden los temas “No notas” y “Niña coqueta”, los cuales se popularizaron años más tarde.

El ganador de “Bachatero del año” en Premios Soberano 2025 explicó que la pegada la consiguió tiempo después con el disco “Tiempo para amar”, que incluye a “Luisa María”, con el que se dio a conocer en el país.

“Luisa María” es un tema de corte social que jamás imaginó que pudiera calar tanto en público y menos que sean las mujeres que más le pidan esa canción.

“Esa canción (de 1999) llegó a mí e inmediatamente la escuché, ese tema me tocó, me tocó seguido y yo jamás imaginé que ese tema pudiera llegar tan lejos. Sabía que era un buen tema porque era un tema de un contenido social y era un caso que se estaba dando muy fuerte”, contó el artista en conversación con las periodistas Yerlendy Abad, Audry Trinidad, Ashley Ann y Floranyi Jáquez.

El tema lanzado hace más de 20 años, relata la historia de una joven que por su rebeldía, sale de su hogar familiar y se ve trabajando en un burdel y, debido a los excesos y las malas decisiones, contrae una enfermedad de transmisión sexual que pone fin a su vida prematuramente. A los 20 años, regresa al pueblo donde nació, solo para morir en los brazos de su madre.

España ha jugado un papel importante en su carrera, aunque nunca vivió allá, sí viajaba mucho, pues mientras otros bachateros apenas sonaban entre comunidades dominicanas, Luis Miguel logró penetrar en ese país y hacerse un nombre que luego llevó a otras naciones de Europa.

Luis Miguel de Amargue es padre de nueve hijos y seis nietos. Abandonó la ciudad y regresó a vivir a su pueblo, Azua, donde es feliz en contacto con la naturaleza, cocinando su especialidad: sancocho y lentejas; jugando dominó y softbol con sus amigos.

Aunque el éxito musical le ha permitido una vida cómoda, ha sabido invertir su dinero; tiene varias fincas y se ha dedicado a sembrar la tierra.

A diferencia de muchos artistas, Luis Miguel no le teme al retiro. Al contrario, a sus 48 años ya lo planifica. “Ya a los 55, si Dios quiere, me gustaría anunciar mi retiro. Quiero disfrutar lo que con tanto esfuerzo he construido”.

Su adiós no será total. Quiere seguir desde otro lugar: componiendo, produciendo, guiando a los nuevos talentos.

Actualmente, el cantante está trabajando en regrabar algunas de sus bachatas, ahora en salsa.

Otros de sus temas populares son “Mujer sin alma”, “Te echo de menos”, “Se acabó lo bonito”, “Abrázame” y “Yo sí me enamoré” y “Si ella volviera”.

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