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Santo Domingo.- Mientras Robinson Canó pueda conectar batazos, tendrá siempre un argumento válido para seguir jugando béisbol, a pesar de sus 43 años.
Canó, un prodigio con el bate, que ha destacado en prácticamente todos los circuitos donde ha jugado como profesional, ha sido objeto de debate, debido a su postura firme respecto a una posible inclusión suya en la plantilla del equipo de República Dominicana, para el próximo Clásico Mundial de Béisbol.
“No soy coach, soy jugador”, fue la reacción del jugador nativo de San Pedro de Macorís, respondiendo a una pregunta sobre el tema. “Si no es así, entonces lo tomo con calma y veré los juegos desde mi casa”.
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Siempre se ha dicho, con justa razón, que batear con efectividad es lo más difícil de hacer en el juego de pelota, y una de las cosas más difíciles de lograr en el deporte en general.
Y lo sorprendente es que Canó siempre lo ha hecho. Aún más excepcional, lo está haciendo ya a los 43 años, algo que muy pocos han conseguido a esa edad avanzada.
Muchos argumentarán (con mucha razón) que batear en la Liga Mexicana o en la Liga Dominicana no es lo mismo que batear contra el pitcheo de Grandes Ligas, pero lo cierto es que Robinson Canó, uno de los intermedistas más grandes que haya pisado un diamante en MLB, se mantiene firme con su principal argumento para seguir siendo jugador y no coach: batear, lo que ha hecho toda su vida y que ha hecho al nivel de los grandes.
Robinson, ni siquiera ha insinuado que quiere un puesto de importancia en la plantilla del equipo criollo rumbo al World Baseball Classic 2026. Solo desea estar allí y tomar uno que otro turno en algunos juegos, algo que no podría hacer en caso de ser incluido como coach. Además, su liderazgo en todos los equipos de los que ha formado parte, es incuestionable.
Una muestra
Aunque se trate del “pitcheo inferior” como muchos argumentan, Canó ya conectó su primer jonrón en la Liga Mexicana este año.
Incluso hasta mediados de la presente semana, Robinson tenía un promedio de bateo de .500 (22-11), además de tres dobles y ocho carreras impulsadas en los primeros cinco juegos de dicho circuito.
El explosivo bateo del dominicano en México no es nada nuevo. En 2024, Canó fue el Jugador Más Valioso durante la Serie Regular, además de campeón con los Diablos Rojos.
El año pasado Robinson demostró por qué ha sido un bateador de élite durante toda su carrera, sin importar el circuito o nivel. Tuvo un porcentaje de bateo de .431, con 14 cuadrangulares, 26 dobles, 77 empujadas y 62 anotadas en 78 compromisos.
Luego regresó a República Dominicana para ponerse el uniforme de las Estrellas Orientales en la LIDOM, dejando un promedio de .353 en 11 compromisos de ronda regular.
Algunos datos de MLB
A quienes se preguntan por qué Canó tiene tan alta su estima como pelotero y, más aún, como bateador, hay que recordarles que el petromacorisano jugó en MLB desde 2005 hasta 2022. En ese lapso Robinson fue convocado en seis ocasiones al Juego de Estrellas, además de ganar el premio Bate de Plata.
Terminó su carrera de 17 temporadas en Grandes Ligas con promedio de bateo de .301, 2,639 hits, incluyendo 335 jonrones, 1306 carreras impulsadas, 1262 anotadas, .351 de OBP, .839 OPS en 8773 turnos. ¿Números de Salón de la Fama, verdad?
Entonces, es justo entender que no es tan fácil para Robinson decir no puedo. Su grandeza como pelotero de élite aún está en su ser, y, sobre todo, el tipo sigue haciendo lo más difícil del juego a los 43 años: batear.
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