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MADRID, ESPAÑA.- El lunes 28 de abril, alrededor de las 12:30, España experimentó un apagón eléctrico en toda la península. Las islas se libraron de él, dado que cada una es energéticamente autosuficiente. Las causas son inciertas, y el Presidente Pedro Sánchez solicitó a la ciudadanía no creer noticias falsas y solo atender a medios oficiales.
Explicó que “una fuerte oscilación en el sistema eléctrico europeo ha provocado una interrupción en la Península y el sur de Francia” de la cual se desconocen los motivos, el presidente instó a la calma e indicó que trabajaban para restablecer la energía eléctrica.
Poco a poco se fue recuperando la luz, y la sociedad española se quedó con la incertidumbre, esperando una explicación de lo ocurrido.
Eduardo Prieto, Director de operaciones de la Red Eléctrica, anunció al día siguiente que se descarta un incidente de ciberseguridad en la red eléctrica. Y que se sigue investigando la causa del apagón.
Mientras tanto, el rey Felipe VI preside la reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional celebrada en La Moncloa.
La sociedad española, paralizada.
Lo sucedido en España es un claro ejemplo de la situación que vivimos en un mundo moderno donde todo está vinculado a la energía eléctrica.
Sin luz, todo se detiene. El temor crece al ver cómo la comunicación falla, y la vida cotidiana se interrumpe.
Los transportes ferroviarios dejan de funcionar, queda gente atrapada y la movilidad se ve afectada. Los semáforos no funcionan y el tráfico se convierte en un caos. No hay internet, los teléfonos dejan de ser tan modernos ya que no pueden usar ninguna aplicación.
Los comercios tuvieron que cerrar, no podían cobrar, algunos recurrieron a la calculadora o hacer cuentas en papel. Y pedir que se pague en efectivo. ¡Y qué problema para algunos que están acostumbrados a pagar con el teléfono o tarjeta y no llevan efectivo!
La preocupación de muchos negocios fue ver cómo sus productos se echaban a perder al no poder refrigerarse.
Y qué decir de las farmacias, ya que hay medicamentos que deben mantenerse a cierta temperatura y esos ya no se podían recetar.
Las oficinas tuvieron que cerrar, no se podía trabajar. El personal de limpieza es el único que cuenta con algunos instrumentos para seguir desempeñando su labor.
Entre los afectados hubo cientos de personas que quedaron atrapadas en los ascensores.
La policía y bomberos tuvieron que ayudar a personas con movilidad reducida a subir a sus casas y a los enfermos que dependen de la energía eléctrica.
Una de las mayores preocupaciones fue la seguridad, que se reforzó. El caos imperó y los miedos afloraron en algunas personas que salieron a hacer acopio de alimentos, volviéndose a ver imágenes similares a lo sucedido en la pandemia. Comprar agua fue una de las adquisiciones más vistas, y esto se debió a que en las noticias se informó que el suministro de agua en Portugal se vio afectado.
Lo cierto es que sin luz se ve afectada la sociedad y me pregunto ¿qué debemos aprender? y ¿qué deberíamos tener en casa para paliar un poco la situación?
Dejó de ser broma lo que hace semanas solicitó la Unión Europea sobre la necesidad de tener un kit de supervivencia. Sin luz, muchos hogares no pueden cocinar, por lo que se recurre a las latas. Tener agua es imprescindible, velas, una radio analógica. Y sin duda alguna, deberían considerar si tienen enfermos que dependen de aparatos eléctricos, teniendo una batería que no los deje sin energía.
Sin luz los alimentos se ven afectados, ahora hay que esperar los cálculos de las pérdidas y cómo se ve reflejado en la economía.
Sin luz se pierde “lo moderno” que somos. Y realmente vemos lo atados que estamos a la energía eléctrica. Con esta experiencia, hay que empezar a buscar alternativas.
La experiencia nos humaniza.
Saber que se vivía algo extraordinario, el temor hace que la conducta cambie. En muchas vías terrestres la cordura prevaleció y se permitía el paso entre los conductores. Se manejó guardando la distancia y con una velocidad moderada. La cautela imperó.
Se intercambiaron palabras con las personas cercanas y en algunas ocasiones se ofreció ayuda a los más necesitados, como son los adultos mayores. Especialmente aquellos que viven solos.
Sin duda alguna, lo que no cambia son los políticos, que buscan la ocasión para crear más controversia y a veces incitar al enojo de la gente, como sucedió con el Partido Popular.
AM.MX/fm
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