Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Cádiz (1973) Redactor y editor experto en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios de comunicación y blogs en español.
El corte de suministro eléctrico en España y Portugal del pasado lunes no solo dejó sin luz a millones, sino que además generó un colapso histórico en las redes móviles de ambos países. El apagón, que se produjo de forma súbita y simultánea, supuso la mayor prueba de resistencia para la infraestructura de telecomunicaciones europea en los últimos años.
Según datos recopilados por Speedtest Intelligence y Downdetector, la calidad de las conexiones móviles decayó de manera drástica al agotarse las baterías de respaldo de las antenas, y los usuarios comenzaron a saturar las redes disponibles. En España, la proporción de usuarios con una conexión estable (mínimo de 5 Mbps de bajada y 1 Mbps de subida) pasó de más del 90 % a las 9:00 de la mañana a solo un 40 % a las 15:00 horas.
Las redes más perjudicadas y las que mejor aguantaron
Aunque todos los operadores sufrieron caídas de rendimiento, no todos se vieron afectados de la misma forma. En España, Movistar lideró con mejor rendimiento entre los grandes operadores, con velocidades de descarga medias de 1,01 Mbps y una latencia multiservidor de 190 milisegundos. Le siguió Orange, mientras que Yoigo y Vodafone registraron peores resultados. En Portugal, Vodafone superó claramente a NOS y MEO.
La recuperación del servicio tampoco fue homogénea. En zonas periféricas como la Comunidad Valenciana, Galicia, Andalucía y la Región de Murcia, donde las caídas superaron el 85 %, también se observó una recuperación más rápida. Por el contrario, en regiones centrales como Castilla-La Mancha, Castilla y León o Madrid, las pérdidas fueron algo menores, pero más prolongadas en el tiempo.
El impacto en la experiencia de los usuarios
Las consecuencias para los usuarios fueron evidentes: más tiempo para cargar páginas web, dificultades para ver vídeos en calidad HD y un incremento significativo en la latencia de juegos y servicios en la nube. Muchas personas perdieron completamente el acceso a internet móvil y quedaron sin poder realizar llamadas o enviar mensajes.
Este colapso también se reflejó en un volumen récord de tests fallidos en Speedtest, ya que muchos usuarios intentaban verificar su conexión sin éxito. Downdetector también mostró un pico en los reportes de caída, especialmente con Movistar en España y Vodafone y MEO en Portugal.
El apagón en España y Portugal ha puesto en evidencia la fragilidad estructural de las redes móviles frente a eventos de gran escala. Uno de los factores clave fue la escasa implantación de sistemas de respaldo energético en las estaciones base. A diferencia de países como Noruega, Finlandia o Australia, donde existen normativas para reforzar las redes con baterías de hasta 12 horas, en la península ibérica la preparación ha sido mínima.
Este evento debería servir como toque de atención a gobiernos y operadoras. Garantizar que las telecomunicaciones sigan funcionando tras un apagón no es un lujo, sino una necesidad básica en una sociedad cada vez más dependiente de lo digital.