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China desafía a Estados Unidos con un mineral poco común

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Fue descubierto en 1886 por un químico francés, quien lo bautizó con la palabra griega que significa "difícil de obtener".

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Washington.- En la guerra comercial entre EE. UU. y China, un imán del tamaño de un chicle, esencial para los vehículos eléctricos, preocupa a sus productores estadounidenses, pues dependen del gigante asiático, revela The Wall Street Journal.

El imán se fabrica con disprosio, elemento con número atómico 66 y un mineral de tierras raras de brillo metálico plateado. Más del 90% del disprosio refinado proviene de China y se usa en imanes que alimentan desde equipos médicos hasta motores de vehículos eléctricos.

El Journal informa que, en represalia a los aranceles estadounidenses, China frenó las exportaciones de varios minerales de tierras raras e imanes, indispensables para construir un motor eléctrico.

“Si queremos que la producción de vehículos eléctricos continúe en Estados Unidos, esto debe resolverse”, citaron sin identificar a un alto ejecutivo de la industria automotriz.

Se indica que, bajo las nuevas normas chinas, las empresas estadounidenses deben solicitar una licencia para importar los minerales desde el país asiático, un proceso que lleva meses y genera incertidumbre a los fabricantes de automóviles sobre la reposición de sus suministros.

Incluso Elon Musk, director ejecutivo de Tesla, declaró recientemente que la falta de imanes podría frustrar los planes de construir el robot humanoide Optimus en las afueras de Austin, Texas.

El disprosio es, en muchos aspectos, el arquetipo de los minerales de tierras raras. Fue descubierto en 1886 por un químico francés, quien lo bautizó con la palabra griega que significa “difícil de obtener”.

Aunque el disprosio se extrae en China, Myanmar, Australia y EE. UU., convertirlo en un material utilizable es un proceso costoso que involucra varios pasos, y la mayor parte de la experiencia para refinarlo se concentra en China.

Analistas estiman que las empresas estadounidenses acumularon imanes y minerales de tierras raras que solo les durarán hasta finales de mayo.

La desventaja de EE. UU. es doble: actualmente solo tiene una mina de disprosio a gran escala, en California, y las instalaciones de procesamiento apenas están operando.

Desarrollar una nueva mina tomaría unos 29 años en EE. UU., según un informe de S&P Global Market Intelligence.

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