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SANTO DOMINGO. – La experiencia de gobierno acumulada en los últimos 30 años en la República Dominicana se reunirá en una misma mesa para debatir uno de los temas más polémicos que ha afectado al país durante décadas: la crisis haitiana.
A cada uno de los cuatro dominicanos que han gobernado el país desde 1996 hasta la fecha le ha correspondido enfrentar crisis nacionales originadas por el recurrente colapso político, institucional y humanitario de Haití.
Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina aceptaron una invitación al diálogo formulada por el presidente Luis Abinader para abordar la actual crisis haitiana, que se ha agudizado en los últimos años por el dominio de las pandillas sobre amplias zonas del territorio del país vecino, lo que ha generado una situación que organismos internacionales han calificado como catastrófica.
La reunión estaba originalmente prevista para celebrarse el 14 de mayo en el Palacio Nacional, pero a solicitud de Fernández y Medina se cambió el escenario, propuesta que fue aceptada por el presidente Abinader y por Hipólito Mejía.
Además de la trascendencia del tema, el encuentro representa un hecho sin precedentes en la historia dominicana, ya que sería la primera vez que tres expresidentes y un presidente en funciones se reúnen para abordar un tema de interés nacional.
Los tres expresidentes tienen en su historial el manejo de distintas crisis relacionadas con Haití, un país que no ha logrado estabilizarse en las últimas décadas.
A Hipólito Mejía, durante su mandato, le tocó enfrentar una oleada migratoria tras el agravamiento de la crisis política en Haití que derivó en la salida del poder de Jean-Bertrand Aristide y el posterior despliegue de una fuerza internacional de Naciones Unidas, conocida como la MINUSTAH, que no logró pacificar el país.
A Leonel Fernández le correspondió lidiar con las secuelas de la guerra civil haitiana, el fracaso de varios procesos electorales, la inestabilidad política crónica y múltiples gobiernos de transición. Durante su tercer mandato ocurrió el devastador terremoto de 2010, que dejó un saldo estimado de hasta 200 mil muertos.
Fue también durante una visita oficial a Haití que Fernández vivió en carne propia la inseguridad del país, al ser evacuado del Palacio Nacional haitiano bajo protección luego de que una turba intentara agredirlo, hecho que él mismo reveló años después.
Ese terremoto provocó un flujo migratorio sin precedentes y el desbordamiento de la capacidad de los hospitales públicos dominicanos, que recibieron a miles de haitianos en busca de atención médica gratuita.
A Danilo Medina le tocó manejar las consecuencias de esa crisis, incluyendo el fenómeno de mujeres haitianas que acudían a hospitales dominicanos a dar a luz. Durante su gestión se produjo la controversial sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, que aclaró los criterios para obtener la nacionalidad dominicana, estableciendo que desde 1929 la Constitución excluye de este derecho a los hijos de extranjeros en situación irregular.
A pesar de las intensas presiones, tanto internas como internacionales, para que se desacatara la sentencia y se concediera la nacionalidad a todos los hijos de inmigrantes haitianos nacidos en territorio dominicano, Medina mantuvo la posición del Estado dominicano, respaldado por amplios sectores de la sociedad.
Toda esta experiencia acumulada por Fernández, Mejía y Medina se pondrá en común para analizar la actual crisis haitiana, que, según agencias como la ONU, podría desembocar en el colapso definitivo del Estado haitiano, con consecuencias directas para la República Dominicana.
La convocatoria formal fue realizada por el presidente Abinader el pasado 30 de abril mediante cartas individuales, en las que subrayó la urgencia de la situación en Haití y su impacto en la seguridad y estabilidad de la nación dominicana.
En sus comunicaciones, el mandatario apeló al sentido de responsabilidad de los exjefes de Estado, reconociendo su trayectoria, experiencia y liderazgo como elementos clave para construir una postura nacional firme y unificada ante esta crisis sin precedentes.
Además del encuentro del 14 de mayo, Abinader ha manifestado su disposición a continuar el proceso de diálogo a través de reuniones bilaterales con los expresidentes. También acogió la sugerencia de involucrar al Consejo Económico y Social (CES) en el proceso, con el objetivo de incluir la perspectiva de diversos sectores de la sociedad y enriquecer las decisiones que se adopten.
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