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Seguridad. La presencia militar busca disminuir la ola de violencia que ha invadido el cantón.
El Municipio proporciona alojamiento a los militares, asegurando su estadía y protección.
Valencia. En un esfuerzo por frenar el aumento de la violencia, el cantón Valencia actualmente cuenta con la presencia de miembros de las Fuerzas Armadas, quienes llevan a cabo operativos sorpresa en diferentes zonas del cantón.
Esta acción busca restaurar la tranquilidad de la ciudadanía y combatir directamente a las bandas delictivas que operan en el territorio.
El alcalde Daniel Macías ha manifestado públicamente el apoyo que, desde el Gobierno Municipal, se brinda a estos uniformados, apoyándolos con hospedaje, alimentación y otros recursos logísticos que facilitan su permanencia en la ciudad. Esta colaboración busca fortalecer el trabajo coordinado con la Policía Nacional para enfrentar la criminalidad.
La presencia de la fuerza pública en Valencia se hizo evidente hace aproximadamente diez días y ha sido bien recibida por la ciudadanía, que considera necesaria su permanencia en este territorio que también es afectado por la delincuencia.
El 2024 ya es el segundo año más violento en la historia de Ecuador.
La inseguridad aleja a los comerciantes.
Fabián A., habitante del cantón, indicó que los robos se han vuelto cotidianos y que ya no existen horarios seguros. “El comercio ha decaído. Muchos emprendedores y comerciantes informales han optado por cerrar sus negocios y buscar trabajo en el campo como jornaleros u obreros para poder generar ingresos, ya que sienten que en esos espacios hay mayor seguridad. Estar en la calle ya no es garantía de nada”, expresó.
Además, el ciudadano resaltó la importancia de que los militares patrullen los barrios más conflictivos y las calles de mayor riesgo del cantón. “Cuando los militares están presentes, los delincuentes se esconden o se retiran, y los robos disminuyen considerablemente. Era necesario que su presencia se haga notar en las zonas más críticas”, añadió.
Los transportistas temen por sus vidas y exigen más seguridad en las vías.
Renata M. señaló que los hechos violentos han disminuido en los últimos días, ya que antes, cada fin de semana se escuchaba sobre enfrentamientos armados o ataques tipo sicariato que cobraban vidas. “Las muertes violentas han bajado, pero los robos, las extorsiones y los secuestros continúan. Es algo que realmente queremos que se erradique en la ciudad, porque Valencia era tan bonita, tan tranquila. Incluso venían turistas por el tradicional hornado, y ahora ni eso… las visitas han disminuido por la inseguridad que vivimos”, comentó la ciudadana.
La delincuencia impone su ley.
Comerciantes del mercado central aseguran que el miedo generado por la inseguridad ha llevado a una notable disminución de la actividad comercial, creando un ambiente de tensión constante. Un reflejo de esta situación es la falta de inversión en nuevos negocios, lo que frena la creación de plazas de empleo.
La escasa presencia policial y la limitada infraestructura de seguridad han facilitado la expansión del crimen organizado, permitiendo que actúen con relativa libertad, según detalló Leonel L.
“Valencia, históricamente conocida por su producción agrícola y su vida tranquila, hoy atraviesa una de las etapas más críticas de su historia reciente a causa de la violencia criminal que afecta a gran parte del país. El consumo de sustancias también está impactando seriamente a la población más joven”, señaló Lidio H. (LL)
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