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El expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica falleció este martes 13 de mayo a los 89 años, luego de una lucha contra el cáncer de esófago, enfermedad que había hecho metástasis y que deterioró su salud en los últimos meses.
En sus últimos días, Mujica manifestó su deseo de retirarse en paz, lejos del acoso mediático. En un audio difundido por varios medios, solicitó: “Me quiero despedir de mis compañeros y de mis compatriotas, lo que pido es que me dejen tranquilo, que no me hostiguen con entrevistas inútiles”.
Cuatro meses antes, ya había adelantado su estado de salud con una declaración contundente: “Mi ciclo se acabó hace tiempo. Sinceramente me estoy muriendo, y el guerrero tiene derecho a su descanso”.
Fiel a su estilo de vida austero, Mujica pasó sus últimos días en su chacra en Rincón del Cerro, en las afueras de Montevideo, acompañado por su esposa, Lucía Topolansky.
Allí recibió cuidados paliativos para aliviar el dolor, sin someterse a tratamientos agresivos.
El presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, solicitó respeto por su privacidad en sus últimos momentos: “Todos debemos contribuir a que en todas nuestras etapas de la vida la dignidad sea lo primordial, no hay que atosigarlo, hay que dejarlo tranquilo”, manifestó.
El presidente Luis Abinader visitó al expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica el 1 de marzo de 2025, en su residencia en las afueras de Montevideo.
El encuentro, marcado por el respeto y la admiración, no fue protocolar, sino personal. Abinader llegó acompañado del embajador dominicano en Uruguay, Fidel Santana, el senador Antonio Taveras y el exministro Deligne Ascención. Fueron recibidos con calidez por Mujica y su esposa, Lucía Topolansky, en la modesta casa donde el expresidente vivía desde hace décadas.
Durante la conversación, ambos líderes reflexionaron sobre la realidad política y social de América Latina, abordando temas como la democracia, la desigualdad y el liderazgo centrado en la justicia y la dignidad humana. Mujica compartió sus preocupaciones sobre la situación política en la región y enfatizó la importancia de fortalecer los partidos políticos.
Con su partida, Mujica deja un legado de coherencia, humildad y compromiso social. Su vida estuvo marcada por la lucha política, la resistencia y la defensa de los valores democráticos. Su estilo de vida sencillo y su discurso anticonsumista lo convirtieron en un referente de la izquierda latinoamericana.
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