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La vasta zona que alberga a Las Parras. Ocupa un millón de metros, quedando sin utilizar otros cinco millones, en San Antonio de Guerra.
La nueva etapa de construcción de la cárcel Las Parras (La Nueva Victoria) busca erradicar el estigma de que los centros penitenciarios controlados por militares y policías son otra forma de llegar al infierno.
Las Parras, en el municipio San Antonio de Guerra, en la provincia de Santo Domingo, se convertirá en el primer penal donde opere un tribunal para celebrar las audiencias de los privados de libertad.
Pero aún no se han definido las etapas penales que abarcará, debido a que es competencia del sistema de justicia.
Las Parras es un centro penitenciario con una carga pesada en el presupuesto del Estado. Su construcción comenzó revelando un sistema de corrupción que la mantuvo cuatro años paralizada y que, según el director de la Oficina Nacional de Apoyo a la Reforma Penitenciaria (Onaprep), Roberto Santana, han tenido que someterla a varias modificaciones, para que en el mes de agosto pueda abrir sus puertas y recibir a los primeros 2,400 reclusos, provenientes de la mitad de la población de la Penitenciaría Nacional de La Victoria.
Este año, este proceso aspira a reducir alrededor del 30 % de los 5,000 internos que tiene La Victoria, en el municipio de Santo Domingo Norte.
Las Parras está siendo preparada para acoger a los 9,000 internos que constituyen la sobrepoblación del sistema penitenciario de la República Dominicana, de un total de 25 mil presos.
Santana, en entrevista para Hoy, reconoce que los escándalos de corrupción con que inició el fallido proyecto del recinto carcelario, en el gobierno anterior, le ha costado tiempo y dinero al gobierno del presidente Luis Abinader, en sus planes de la reforma penitenciaria.
Santana, politólogo, asesor del sistema penitenciario del Gobierno y exrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), asegura que la reforma penitenciaria se está ejecutando basándose en un programa que se cumple al cien por ciento.
Sin embargo, reiteró que Las Parras fue mal diseñada. Aquí, algunos de los errores de la infraestructura que se ideó con una sola entrada y al que el actual Gobierno tuvo que construirle dos nuevas entradas, debido a que su elevada población será para 8,500 o 9,000 privados de libertad; 2,000 empleados y 20 mil visitantes. Desde septiembre del 2020 a la fecha, con la puesta en marcha del Plan de Reforma al Sistema Penitenciario, Santana expresa que aunque se decía que a Las Parras se le aplicaba un plan de humanización, encontraron que los sanitarios de los internos estaban colocados a un metro de cada cinco camas, sin puertas, por lo que debían hacer sus necesidades frente a todos. Resolvieron el problema.
Además, los 8,500 reos se separaban en poblaciones con mallas ciclónicas, provocando un riesgo grave de seguridad. Tuvieron que construir cerraduras de concreto en los tres bloques de cada cuadrante.
El recinto completo solo tenía dos tomas de agua, de pozos, que ante la falta de energía o por daño del sistema, dejaría a los reclusos sin servicio de agua.
Construyeron una cisterna para cada cuadrante y para preservar el abastecimiento, le van a colocar un tanque elevado a cada uno.
“Las Parras fue mal diseñada, pero como país, no nos podemos dar el lujo en un recinto con más de cien edificios, de tirarlo abajo”. El sistema eléctrico debieron readaptarlo.
Santana alerta que en el poblado de Las Parras, próximo a Bayaguana, municipio de la provincia Monte Plata, llueve 20 y 24 días en el mes, lo que es un problema. En el terreno de Las Parras, medio millón de metros se inundan.
Otro error fue destinar seis millones de terreno del Estado para construir una cárcel, que siendo grande, apenas ocupa un millón de metros.
Otra decisión desafortunada fue levantar una cárcel tan lejos de las comunidades. Puso de ejemplo que una persona que salga del sector de Herrera, en Santo Domingo Oeste, debe desplazarse 72 kilómetros para ir a Las Parras, lo que se contrapone con las normas de las Naciones Unidas, que establece que los recintos penales sean colocados cerca de las comunidades de donde proceden las personas. “Es un despropósito total, aparte del componente de corrupción que denunció desde el 12 de mayo.
Un moderno sistema de vigilancia, de iluminación, de limpieza y trato humano se diseñó para la administración de Las Parras. Tendrá áreas de salud, un módulo para la salud dental. El anterior diseño del recinto solo tenía 14 aulas, ubicadas fuera de los cuadrantes, y solo alcanzaban para 1,800 privados de libertad de los 8,500 que contempla acoger.
Ahora, Santana indica que crearon para cada cuadrante una escuela con 18 aulas y un taller para que no tengan que salir de sus zonas. Cada escuela tendrá 12 módulos. Cada cuadrante tendrá dos granjas de animales, de pollo y conejo. Cada una con su propia cisterna.
Nuevas cárceles para todo el sistema
El director de la Onaprep precisó que la mejora penitenciaria está respaldada específicamente por el proceso constructivo del centro penitenciario que desarrolla el Ministerio de la Vivienda y Edificaciones (Mived) y que consiste en un plan de construcción de centros penitenciarios para sustituir las cárceles que operan dentro de las 12 fortalezas militares y los siete recintos policiales.
Estas cárceles se encuentran en las provincias Independencia, San José de Ocoa, San Juan de la Maguana y Barahona.
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