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El cabello, más allá de su valor estético, refleja el estado de salud general. La caída del cabello es un fenómeno que afecta a muchas personas y puede ser motivo de preocupación tanto para hombres como para mujeres. Las causas son múltiples, desde factores genéticos y hormonales hasta carencias nutricionales.
No obstante, la ciencia ha demostrado que una dieta rica en vitaminas y minerales puede fortalecer los folículos capilares y estimular el crecimiento del cabello. Según los especialistas, ciertos nutrientes juegan un papel clave en la prevención y el tratamiento de la pérdida capilar.
La pérdida de cabello puede presentarse de forma gradual o repentina. Según la dermatóloga María Colavincenzo, de Northwestern Medicine, las mujeres suelen experimentar un adelgazamiento generalizado en la parte superior de la cabeza, lo que les genera un fuerte impacto emocional.
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Existen múltiples factores que pueden causar esta condición:
Factores genéticos: la alopecia androgenética, también conocida como calvicie de patrón femenino o masculino, es hereditaria y provoca el adelgazamiento progresivo del cabello (Academia Americana de Dermatología).
Enfermedades y cirugía: situaciones de estrés físico como infecciones, cirugías o pérdida rápida de peso provocan el llamado efluvio telógeno, una caída temporal del cabello (AARP).
Desequilibrios hormonales: problemas en la glándula tiroides afectan directamente al desarrollo de los folículos capilares (Mayo Clinic).
Deficiencias nutricionales: la falta de hierro, proteínas, zinc, vitamina D y biotina puede provocar un debilitamiento capilar (Healthline).
Daño físico: peinados muy ajustados, tratamientos químicos y el uso excesivo de calor pueden dañar el folículo y causar alopecia cicatricial (AARP).
Una alimentación balanceada rica en vitaminas es fundamental para evitar la caída del cabello y estimular su crecimiento. Mayo Clinic y Healthline coinciden en destacar los siguientes nutrientes claves:
Vitamina A: regula la producción de sebo en el cuero cabelludo, lo que mantiene hidratados los folículos capilares. Se encuentra en batatas, zanahorias, espinacas y col rizada. El exceso puede tener un efecto contrario y provocar caída capilar.
Biotina (vitamina B7): fortalece el cabello y evita su rotura. Favorece la oxigenación de los folículos y estimula la circulación sanguínea (Asociación Argentina de Dermatología). Está presente en huevos cocidos, hígado, nueces, lácteos, espinaca y legumbres.
Vitamina C: esencial para la producción de colágeno, proteína clave en la estructura capilar. Además, ayuda a absorber hierro, vital para el crecimiento del cabello. Las fuentes incluyen cítricos, frutos del bosque y pimientos.
Vitamina D: la deficiencia de vitamina D3 está fuertemente relacionada con la caída capilar (ScienceDirect). Se sintetiza mediante la exposición solar controlada y también se encuentra en pescados grasos como salmón, sardinas y atún, además de yemas de huevo.
Vitamina E: potente antioxidante que combate el estrés oxidativo y favorece la salud del cuero cabelludo. Las mejores fuentes son nueces, almendras, semillas de girasol y aceites vegetales (Healthline).
Hierro y zinc: aunque no son vitaminas, estos minerales son esenciales para evitar la caída del cabello y estimular el crecimiento de nuevos filamentos capilares (Mayo Clinic).
Los especialistas advierten que los suplementos deben ser recetados por un médico. Un exceso de vitaminas A, E o selenio puede provocar pérdida de cabello (AARP).
Además de la nutrición, los expertos recomiendan adoptar rutinas de cuidado que protejan la salud capilar:
Según Healthline, la clave está en mantener una dieta equilibrada que incluya proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales. Al hacerlo, no solo se previene la caída, sino que también se logra un cabello más fuerte, brillante y saludable.
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