Salud

¿Agotamiento por calor en República Dominicana? Síntomas y cómo evitarlo

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En la actualidad, República Dominicana se enfrenta a una intensa ola de calor, y sus habitantes están sintiendo los efectos de las altas temperaturas.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

En la actualidad, República Dominicana se enfrenta a una intensa ola de calor, y sus habitantes están sintiendo los efectos de las altas temperaturas. Si bien la exposición solar controlada y moderada puede ser beneficiosa, promoviendo la producción de serotonina y vitamina D, las altas temperaturas pueden impactar la salud. La probabilidad de sufrir agotamiento y golpe de calor aumenta.

Ante esta situación, cuidar el cuerpo y prevenir los efectos adversos y enfermedades causadas por el calor es crucial. Por ello, surgen preguntas frecuentes en verano, como: ¿qué es un golpe de calor y cómo prevenirlo?

Un golpe de calor es una forma grave de lesión por calor, resultado de la incapacidad del cuerpo para regular su temperatura. Forma parte de las “enfermedades por calor”, que pueden aparecer tras una exposición prolongada a altas temperaturas y humedad, o durante un esfuerzo físico intenso.

Si no se trata, puede afectar a diversos órganos y funciones corporales, con daños severos e incluso la muerte. Para la Organización Mundial de la Salud, el golpe de calor es una urgencia médica con riesgo vital, que requiere atención hospitalaria.

El ser humano es homeotérmico, capaz de mantener su temperatura entre 36° y 37.5°, independientemente de factores externos, dentro de ciertos límites. Esta capacidad permite generar calor en ambientes fríos y cederlo cuando la temperatura aumenta, proceso conocido como “termorregulación”.

Sin embargo, esta capacidad puede fallar ante cambios bruscos en el ambiente y falta de adaptación, especialmente cuando las altas temperaturas persisten durante varios días, en las llamadas olas de calor.

La respuesta al calor depende de la adaptación individual. Según la OMS, los efectos graves pueden aparecer repentinamente, por lo que se recomienda estar atento a las alertas. “Los niños, los adultos mayores y quienes tienen enfermedades crónicas y medicación diaria son los más vulnerables”, señalan desde el organismo.

El doctor Ramiro Heredia, médico clínico, comenta: “Clásicamente, describimos la enfermedad por calor en adultos mayores, niños, embarazadas, personas con enfermedades crónicas, y quienes consumen ciertas drogas o fármacos. Hoy sabemos que el calor afecta a todos”.

El Ministerio de Salud de la Nación (Argentina) destaca que los niños menores de 5 años (especialmente los menores de 1 año), aquellos con enfermedades crónicas cardíacas, renales, mentales o neurológicas, con fiebre o diarrea, con obesidad o desnutrición, y con quemaduras solares, presentan mayores riesgos.

Reconocer los síntomas del golpe de calor es vital para actuar rápidamente y evitar complicaciones. Existe un estadio previo, el “agotamiento por calor”. Los síntomas, según el Ministerio de Salud de la Nación, son:

– Sudoración excesiva (en bebés, piel irritada por el sudor en cuello, pecho, axilas y zona del pañal)
– Piel pálida y fresca
– Sensación de calor sofocante
– Sed intensa y boca seca
– Calambres musculares
– Agotamiento, cansancio o debilidad
– Dolor de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos
– Dolor de cabeza
– Irritabilidad (llanto inconsolable en niños)
– Mareos o desmayo

Los síntomas del golpe de calor, una situación grave, incluyen:

– Temperatura corporal de 39°C – 40°C o superior (medida en la axila)
– Piel roja, caliente y seca (cese de la transpiración)
– Respiración y frecuencia cardíaca aceleradas
– Dolor de cabeza palpitante
– Alteración del estado mental y comportamiento: vértigo, mareos, desorientación, delirios, confusión o pérdida del conocimiento
– Convulsiones

Recomendaciones de la OMS para prevenir el golpe de calor:

– Informarse sobre alertas y predicciones meteorológicas.
– Evitar la exposición solar en las horas de mayor calor.
– No dejar niños ni ancianos desatendidos en vehículos estacionados.
– Evitar ejercicio o actividades intensas al aire libre sin protección.
– Beber agua cada 2 horas, aunque no se sienta sed.
– Tomar duchas o baños fríos en lugares seguros.
– Mantener la vivienda fresca: cubrir ventanas durante el día y usar aire acondicionado o ventilador.
– Si se tienen enfermedades crónicas y se toman medicamentos, consultar al médico.

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