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Israel afirma que atacó Líbano con el objetivo de destruir una fábrica militar

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Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Washington. — El jueves por la noche, Israel realizó una serie de bombardeos en el sur de Beirut, después de que las fuerzas de Tel Aviv anunciaran su intención de atacar fábricas subterráneas de drones del movimiento islamista Hezbolá.

En imágenes en directo transmitidas por AFPTV se observaron columnas de humo negro ascendiendo en los suburbios de esa área de la capital libanesa, donde un gran número de personas congestionaron las vías al tratar de escapar.

La agencia de noticias local ANI reportó casi una docena de ataques aéreos, incluyendo dos “muy violentos”. Los corresponsales en la ciudad escucharon al menos dos fuertes explosiones. “Las Fuerzas de Defensa de Israel [FDI] están atacando objetivos terroristas de la unidad aérea de Hezbolá”, informó el ejército israelí en un comunicado en Telegram.

Menos de dos horas antes, su portavoz en árabe, Avichay Adraee, había advertido en redes sociales que los residentes de los suburbios se encontraban “cerca de instalaciones pertenecientes a la organización terrorista Hezbolá” y debían evacuar de inmediato.

En otro comunicado, el ejército anunció que “pronto” llevaría a cabo “un ataque contra instalaciones subterráneas de producción de UAV [drones] que fueron establecidas deliberadamente en el corazón de la población civil” en Beirut. El presidente del Líbano, Joseph Aoun, manifestó en un comunicado su “firme condena de la agresión israelí” y la “flagrante violación” del alto el fuego del 27 de noviembre “en vísperas” de la “festividad religiosa sagrada” musulmana del Aid al Adha (Fiesta del Sacrificio, en árabe).

Es la cuarta vez que Israel ataca el suburbio sur de Beirut, baluarte de Hezbolá, desde la tregua.

EE.UU. sanciona a jueces de la CPI

Se comunicó que el gobierno estadounidense aplicará sanciones a cuatro jueces de la Corte Penal Internacional (CPI) debido a su investigación sobre los presuntos crímenes de guerra de Israel en los territorios palestinos ocupados de Gaza y Cisjordania.

El Departamento de Estado estadounidense anunció el jueves que congelaría cualquier activo que los jueces de la CPI, provenientes de Benín, Perú, Eslovenia y Uganda, posean en jurisdicciones de Estados Unidos. Esta medida es solo el último paso tomado por Washington para castigar a la CPI y a sus funcionarios por las investigaciones contra Israel y EE.UU.

En febrero, el fiscal del tribunal con sede en La Haya, Karim Khan, fue incluido en la lista de “nacionales especialmente designados y personas bloqueadas” de Washington, la cual impide a los estadounidenses realizar transacciones con esas personas y restringe su entrada en Estados Unidos. Khan dejó su cargo el mes pasado en espera de una investigación por acusaciones de conducta sexual inapropiada.

La CPI denunció que las sanciones buscan “socavar la independencia” del tribunal. Human Rights Watch condenó las acciones.

Mientras tanto, la recuperación de los cuerpos de dos rehenes israelo-estadounidenses evidencia la “crueldad persistente” de Hamás, que debería liberar a todos los secuestrados, declaró el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio. Agencias

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