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BILLINGS, Montana, EE.UU. (AP) — El recuerdo de Layton Tallwhiteman, quien atestiguó desde niño el inicio de la guerra en Irak en 2003, resurgió tras los recientes ataques ordenados por el presidente Donald Trump en Irán, donde fueron impactadas instalaciones nucleares en medio de un creciente conflicto con Israel.
El gobierno aseguró que la intención es evitar una guerra total, pero Tallwhiteman, originario de la Reserva Cheyenne del Norte, se mostró escéptico. Afirmó: “Su idea es eliminar la amenaza. Como dijo Bush en Irak, ‘Vamos a eliminar la amenaza’. El resultado no fue el esperado”. Este joven conductor, que suele votar por el Partido Libertario, respaldó a la demócrata Kamala Harris en las últimas elecciones frente a Trump.
En todo Estados Unidos, la población reaccionó de forma diversa ante los bombardeos que, según la administración, causaron graves daños en Irán y abrieron márgenes para la negociación sobre su programa nuclear. Si la situación sigue escalando, el desafío será cómo Trump gestione la diplomacia exterior y su apoyo en el país.
Los bombarderos B-2 que llevaron a cabo la misión regresaron a la Base de la Fuerza Aérea Whiteman en Misuri. Ken Slabaugh, veterano de la Fuerza Aérea, expresó que está “100% a favor” de la decisión del presidente y del personal militar. Slabaugh considera que Irán ha sido reacio a negociar durante décadas y que, sin confiar en ese país, no se le puede permitir desarrollar armas nucleares. “Era algo que debía hacerse”, afirmó, aunque sus preocupaciones ahora se centran en la seguridad de las tropas estadounidenses.
El domingo, cientos de personas protestaron en Times Square, donde alzaron carteles que decían “DETENGAN LA GUERRA CONTRA IRÁN” y “TRUMP ES UN CRIMINAL DE GUERRA”. Dana Cote, quien estuvo en Nueva York durante los ataques del 11 de septiembre, advirtió que el bombardeo podría desatar una serie de represalias extremistas. A un lado, un grupo de seguidores de Trump, con banderas de Israel, intentó minimizar las protestas.
“Creo que es lo mejor que Trump podría haber hecho. Debería haberse hecho hace 40 años”, opinó Nancy Myer, neoyorquina que apoya la acción militar. Andrew Williams, un joven de Delaware, se mostró sorprendido por el momento del ataque, pero consideró que era necesario si representa una amenaza nuclear.
Robert Wallette, de Billings, respaldó el bombardeo como un acto de apoyo a Israel, describiendo a Irán como “malvado” y hostil hacia Estados Unidos.
Wallette, un retirado del Servicio de Salud Indígena, reconoció que su opinión sobre Trump cambió tras el traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén, y aunque votó por él, duda de su capacidad para manejar un conflicto profundo con Irán. “Otros países se están involucrando y esto puede estar fuera de su control”, reflexionó.
Kent Berame, un empresario de Florida, lamentó que Trump actuara sin una aprobación clara del Congreso, considerando que estas acciones podrían estar poniendo en riesgo a las tropas. Es frustrante, subrayó, porque esto ocurre tras el fin de la guerra en Afganistán.
“No quiero ver a ningún soldado estadounidense en peligro”, reclamó Berame. Patty Ellman, votante de Trump de 61 años, también expresó sus inquietudes sobre un posible conflicto prolongado, proponiendo que EE.UU. debe concentrarse en asuntos internos antes que involucrarse en guerras ajenas.
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Con contribuciones de David Fischer en Davie, Florida; Nicholas Ingram en Knob Noster, Misuri; Mingson Lau en Rehoboth Beach, Delaware y Aron Ranen en Nueva York.
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