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París, Francia.- La decisión de Canadá de eliminar un impuesto a las gigantes tecnológicas estadounidenses, bajo la presión del presidente Donald Trump, varios meses después de que lo hiciera India, genera preocupación sobre el porvenir de estas tasas en otros países, especialmente en Europa.
“Actualmente, cerca de la mitad de los países europeos de la OCDE han anunciado, propuesto o aplicado un impuesto a los servicios digitales, a la espera de una acción a nivel mundial”, declaró Tax Foundation, una asociación de expertos que apoya la implementación de estas tasas.
No obstante, el futuro de esta política es incierto, tras el acuerdo del G7, que reúne a las economías más avanzadas, el sábado, de eximir a las multinacionales estadounidenses de un tributo mínimo global.
El economista Joseph Stiglitz, ganador del Premio Nobel, afirmó que esta medida va más allá del comercio.
“Se trata de si los gobiernos elegidos democráticamente pueden regular y gravar a las poderosas empresas o si los multimillonarios del sector tecnológico pueden dictar políticas a través de sus representantes políticos”, aseveró.
Austria, Brasil, Reino Unido, Francia, India, Italia, España y Turquía son parte de la docena de grandes países que han impuesto o planean imponer tributos especiales a las grandes empresas tecnológicas.
El objetivo es obligarlas a pagar impuestos donde desarrollan sus actividades comerciales, así como contrarrestar las estrategias de optimización fiscal que suelen emplear.
En general, las tasas se aplican a los ingresos por ventas y se dirigen esencialmente a empresas estadounidenses como Alphabet (Google), Amazon, Apple, Facebook (Meta) y Microsoft.
Sin embargo, esta tasa difiere de un país a otro, según el volumen de negocio y el tipo de actividad; por ejemplo, algunos se centran en los ingresos publicitarios y otros en la venta de datos.
“La mayoría de las alícuotas propuestas o adoptadas se sitúan entre el 2% y el 5%” de los ingresos objeto de gravamen, analizan los analistas de la Canadian Tax Foundation.
La mayoría de los países han adoptado los impuestos, a la espera de la introducción de un acuerdo internacional que parece improbable.
Este tributo genera cada año más ingresos, según el Observatorio Europeo de Fiscalidad, que analiza datos de junio de 2023.
Francia recaudó alrededor de 750 millones de euros (880 millones de dólares) en 2024, según estadísticas gubernamentales, y en Reino Unido el fisco ingresó 800 millones de libras (1096 millones de dólares).
Italia recaudó 455 millones de euros en 2024, un alza del 90% respecto a 2021, según la prensa local, y España recaudó 303 millones de euros en 2023, a pesar de que esperaba ingresar 1.000 millones de euros al año, reportó el diario La Vanguardia.
India suprimió este impuesto en abril y la decisión de Canadá, con miras a un acuerdo comercial con Estados Unidos, plantea interrogantes sobre el futuro del gravamen en países como Reino Unido.
España nunca planteó revertir la medida, e Italia tampoco, pero durante la visita de la primera ministra, Giorgia Meloni, a Washington en abril, la Casa Blanca afirmó que la dirigente y Trump “están de acuerdo en que es necesario un entorno no discriminatorio en materia de fiscalidad de los servicios financieros para permitir las inversiones”.
El ministro de Economía de Francia, Eric Lombard, declaró a AFP que no contempla la supresión del impuesto, mientras Estados Unidos no firme el acuerdo internacional bajo los auspicios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
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