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Picar entre horas es una práctica cotidiana que suscita dudas sobre su impacto en la salud y una alimentación equilibrada.
De hecho, un estudio de 2024 de la app de nutrición Zoe revela que el 95% de la gente consume snacks diariamente, lo que representa aproximadamente una cuarta parte de la ingesta calórica total.
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Si bien un snack puede ayudar a mantener los niveles de energía, las elecciones que se hagan pueden afectar la salud. Ante la abundancia de opciones procesadas, muchos nutricionistas coinciden en que priorizar alimentos nutritivos es esencial.
Comer un yogur entero entre comidas —y no las versiones desnatadas— puede ser una opción fantástica por su alto contenido en calcio y proteínas. Y decimos “entero” porque, según los expertos, siempre es mejor consumir los alimentos en su versión natural. Un alimento “light” es aquel al que se le ha eliminado un 30% de grasa con respecto al alimento original, pero al que se le han añadido azúcares y otros aditivos para conseguir la textura y el sabor que al consumidor le gustan. Por lo tanto, tienen menos grasa, pero más azúcares. Y los azúcares añadidos aportan calorías, pero no valor nutricional.
El mundo de los snacks siempre sorprende. En el supermercado hay cada vez más variedades de patatas fritas con sabores novedosos. Por eso, preparar en casa nuestros propios chips controlando los ingredientes y las cantidades exactas añadidas puede ser interesante para empezar a comer mejor. La clave para que queden crujientes es cortarlos muy finos, a ser posible con una mandolina para que todas las rodajas salgan iguales.
La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir al menos cinco raciones de frutas y verduras al día, una buena opción tanto para picar entre horas como para complementar el almuerzo, la cena o el desayuno. Contienen vitaminas y minerales esenciales para la salud, aportan antioxidantes y fibra, favorecen la eliminación de toxinas.
Si hablamos de snacks saludables, fáciles de consumir (en la oficina o no) ricos en proteínas, omega-3 y minerales, hablamos de los frutos secos. Vienen listos para consumir en cualquier momento y se pueden añadir a desayunos, media mañana o tarde, en la ensalada del almuerzo o incluso en alguna cena.
Este snack prescinde de harinas y utiliza avena y semillas para ser un tentempié nutritivo que nos llena de energía. Una receta que, además de ser genial como aperitivo, acompaña muy bien a cualquier clase de hummus; así que, lo que sobre en la oficina, se aprovecha en casa.
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