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Se revelan datos de la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones de Productos Farmacéuticos (IFPMA), que indican que uno de cada 10 medicamentos que circulan en países de ingresos bajos y medianos es falsificado o de calidad inferior. También se citan informes del Instituto de Seguridad Farmacéutica (PSI), que muestran que los delitos farmacéuticos aumentaron un 4% en 2023, afectando a unos 154 países, incluyendo productos farmacéuticos falsificados.
Además, se señala que, hasta la fecha, todas las áreas de atención terapéutica se han visto afectadas por medicinas falsas. La organización, en información publicada en el portal www.resumendesalud.net, destaca la importancia de considerar que lo que parece ser una farmacia en línea podría ser una fachada.
“Inclusive, los sitios web pueden usar sellos y logotipos de apariencia oficial, garantizar la satisfacción o devolución del dinero y parecer legítimos, pero en realidad no lo son”, se explica en un comunicado. Se especifica que los fármacos falsificados son aquellos productos cuya identidad, composición o procedencia ha sido deliberadamente tergiversada, pudiendo presentarse como auténticos, pero a menudo contienen ingredientes incorrectos, en exceso, insuficientes o sin compuesto activo, o bien ingredientes perjudiciales.
“Todo esto con la intención de engañar al paciente y obtener un beneficio económico. Por eso, suelen venderse en línea o en mercados no regulados”, precisa IMPACT. Estos medicamentos representan una seria amenaza para la salud pública mundial, dado que, al tener ingredientes o dosis incorrectas, pueden ser ineficaces o directamente perjudiciales si contienen contaminantes o sustancias tóxicas.
“Asimismo, pueden representar un peligro indirecto, al aumentar el riesgo de resistencia a los antimicrobianos”, se subraya. Adicionalmente, los fármacos falsos dificultan la eficacia de los sistemas de salud y socavan la confianza de los pacientes en los servicios de atención y sanitarios, las agencias gubernamentales y los fabricantes de medicamentos genuinos.
En el comunicado, Ángel Meléndez, vicepresidente de Integridad Global del Producto para el Programa de Seguridad del Paciente y líder de Seguridad para la Región de las Américas de Pfizer, resaltó que la salud y seguridad del paciente son fundamentales.
Se observa que detrás de cada medicamento hay una historia, una persona, una madre, un padre, un profesional de la salud, un amigo o un niño. El comunicado indica que, a la fecha, todas las áreas de atención terapéutica se han visto afectadas por medicinas falsas.
Se presentan algunas pautas para reconocer medicamentos falsificados, entre ellas, prestar atención a si el fármaco o su envase tienen un aspecto diferente al habitual, identificar si se experimentan efectos secundarios inusuales o nuevos después de tomar el medicamento y estar alerta si el producto se compró en una farmacia en línea.
Finalmente, se aconseja a la población adquirir sus medicamentos en farmacias o centros autorizados para asegurar la adquisición de fármacos seguros, de calidad y efectivos.
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