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Washington DC.- Este miércoles entró en vigor un arancel del 50 por ciento a las importaciones brasileñas, como respuesta al proceso judicial contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro.
Antes de esta medida, Trump había asegurado que la fórmula que sustenta los nuevos aranceles que piensa imponer a algunos socios a partir del 1 de agosto se basa en el sentido común, y había advertido que Brasil sería uno de los países que recibiría pronto una notificación con nuevas cifras.
“La fórmula se basa en el sentido común, en los déficits, en cómo nos han tratado a lo largo de los años, en los números brutos”, declaró en una rueda de prensa durante su reunión con los mandatarios de Gabón, Guinea-Bissau, Liberia, Mauritania y Senegal.
La tregua comercial de 90 días que otorgó el 9 de abril a sus socios para negociar nuevos gravámenes finalizaba este miércoles, pero este lunes el líder republicano extendió ese plazo hasta el 1 de agosto.
Sin embargo, desde entonces comenzó a enviar cartas a países con los que aún no se ha llegado a un acuerdo, advirtiendo que si no abren su mercado y eliminan aranceles y barreras arancelarias, se les impondrán aranceles fijados de manera unilateral.
Ese mismo lunes inició el envío de misivas a una quincena de países, como Japón y Corea del Sur, con cifras que en algunos casos mantienen el porcentaje previsto a principios de abril, pero que en otros lo aumentan o lo disminuyen.
Este miércoles anunció que impondrá aranceles del 20 por ciento a las importaciones de Filipinas y tasas de entre el 25 y el 30 por ciento a Brunei, Moldavia, Argelia, Irak y Libia.
En todos los casos Trump advierte a esas naciones que si deciden aumentar sus propios aranceles sobre los bienes estadounidenses, Washington añadirá ese porcentaje al que acaba de anunciar.
El presidente estadounidense adelantó el martes que la Unión Europea recibiría su propia carta este miércoles o jueves, y hoy dijo que Brasil tendría la suya entre hoy y el jueves por la mañana.
“Estarán basados en hechos sustanciales y también en la historia pasada”, concluyó.
El neoyorquino reitera que los gravámenes son necesarios para corregir lo que, a su parecer, son años de políticas y barreras arancelarias que han causado a Estados Unidos un déficit comercial en sus respectivos intercambios.
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