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Comerciantes se quejan por no incluir la calle El Conde en los trabajos de remodelación.
A pesar del mayor dinamismo en los trabajos de renovación de la Ciudad Colonial, el descontento entre los comerciantes de la zona va más allá de los retrasos en las obras. Desaciertos como no contemplar la construcción de estacionamientos y no incluir la emblemática calle El Conde en esta primera fase de reparaciones también generan malestar.
La impotencia e incapacidad de los comerciantes de la ciudad colonial más antigua de América ha llegado a su límite, ya que las constantes, largas e inconclusas obras de renovación y los cierres de calles están causando una drástica caída en las ventas, llevando a muchos negocios al borde de la quiebra y el cierre.
La falta de clientes, ahuyentados por las interrupciones, la falta de estacionamientos y el caos producido por los obreros y la maquinaria de construcción, es la principal preocupación de un sector de los comerciantes que se siente ignorado por las autoridades.
Si bien es cierto que las constantes demoliciones y cierres de vías han convertido esta zona en un laberinto intransitable de calles destruidas, adoquinadas y otras en construcción, a esto se suma la frustración por la confirmación de que la emblemática calle El Conde, la arteria comercial más importante de la zona, no será intervenida en esta segunda etapa de las obras.
“La situación en el área es caótica, ya que casi todas las calles están cerradas y las que están arregladas las dejan sin estacionamientos, y la gente no quiere venir porque no hay dónde estacionar. Además, son muy angostas, lo que dificultaría el tránsito en caso de emergencia”, explica Luis Ángel García, dirigente de la asociación de Comerciantes de la Calle El Conde (Asoconde), a reporteros de El Nacional.
“Están hablando de que abrieron comercios, pero son más los que han cerrado que los que han abierto. El año pasado cerró la tienda Bleizer y Gente. Recientemente se han cerrado unos 25 negocios. La calle El Conde está prácticamente cerrada. Usted camina y hay más negocios cerrados que abiertos. Es que el tráfico es terrible”, dijo el comerciante.
Ángel García dice no entender por qué las autoridades y los ingenieros han decidido trabajar casi todas las calles intervenidas al mismo tiempo, cuando lo correcto sería que se intervenga una calle, se termine y se inicie otra.
“Tenemos esto cerrado por todas partes. Están cerradas las calles: Hostos, Duarte, 19 de Marzo, Las Mercedes… No hay entrada ni salida. La 19 de Marzo lleva más de seis meses una cuadra y ahí no hay problemas arqueológicos”.
Otra de las quejas es que el proyecto no tiene planificados estacionamientos en las calles, y menos estacionamientos municipales ni privados en la zona. Además, explica que, inexplicablemente, la Calle El Conde, la más importante y comercial de toda el área, no será modificada en esta etapa y no se sabe cuándo.
“Estamos con el grito al cielo”, expresó visiblemente molesto un propietario de una tienda de souvenirs en la calle El Conde. “Las ventas han bajado a niveles críticos. La gente no viene porque no puede transitar ni estacionarse. Esto es insostenible”.
Quejas.
Las quejas más comunes y que generan mayor indignación son la ausencia total de planificación para la construcción de estacionamientos para los visitantes.
“¿Cómo pretenden que vengan los turistas y los clientes locales si no tienen dónde dejar sus vehículos?”, “¿Las calles son muy estrechas y no hay espacios disponibles. Esto es un despropósito?”, “Cuándo terminarán los trabajos”.
Llamamiento.
Los afectados hacen un llamado urgente a las autoridades para que agilicen las obras, establezcan un cronograma de trabajo claro y, sobre todo, consideren soluciones inmediatas para el problema del estacionamiento. La vitalidad económica de la Ciudad Colonial, patrimonio de la humanidad, pende de un hilo, y sus comerciantes exigen respuestas antes de que sea demasiado tarde.
Origen.
Los trabajos de la primera etapa para el embellecimiento y remodelación de la Ciudad Colonial comenzaron en agosto de 2013, en el mandato del expresidente Danilo Medina y la alcaldía de Roberto Salcedo, como parte de un proyecto auspiciado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a un costo de 30 millones de dólares.
Mano de obra.
A pesar de todos los problemas que hay sobre la inmigración ilegal haitiana en el país, llama la atención que casi el total de los obreros (mano de obra) que trabajan en la remodelación de la Ciudad Colonial son haitianos.
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