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El sarampión es una enfermedad seria, altamente contagiosa y puede ser mortal. En la coyuntura regional actual, el Ministerio de Salud Pública debe intensificar la vigilancia ante el brote de sarampión que afecta a más de 20 estados de Estados Unidos y otros países de América. Así lo indicó la Sociedad Dominicana de Pediatría. El sarampión es una de las enfermedades más infecciosas y peligrosas.
Se debe mantener una vigilancia activa ante cuadros febriles eruptivos, especialmente si van acompañados de conjuntivitis.
Asimismo, es crucial reforzar la cobertura de vacunación contra el sarampión en la población susceptible. Esta enfermedad impacta tanto a niños como a adultos.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha emitido una alerta epidemiológica debido al aumento de casos de sarampión en la región de las Américas, con más de 7,000 casos y 13 fallecimientos reportados. Los grupos de mayor riesgo son los niños de uno a cuatro años y los adolescentes de 10 a 19 años, insisten los pediatras.
Nuestro país está certificado como libre de sarampión, con el último caso confirmado registrado en 2001. Esta certificación fue ratificada en 2024 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), dado que todos los casos sospechosos reportados han sido descartados, según la Dirección de Inmunoprevenibles por Vacunas (DIV) del Ministerio de Salud Pública, explican.
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que se transmite fácilmente cuando una persona infectada respira, tose o estornuda. Puede causar una enfermedad grave, complicaciones o la muerte. Afecta a cualquier persona, pero es más común en niños. El virus infecta las vías respiratorias. Los síntomas incluyen fiebre alta, tos, secreción nasal y una erupción cutánea que se extiende por todo el cuerpo.
La vacuna contra el sarampión está disponible en dos presentaciones: la triple viral (SRP: sarampión, rubéola y paperas) y la doble viral (SR: sarampión y rubéola).
Los pediatras explican que la vacuna debe administrarse a partir de los 12 meses de edad, con una segunda dosis a los 18 meses. Los niños mayores de 18 meses que no hayan sido vacunados deben recibir dos dosis con un intervalo de cuatro semanas entre ambas. Los adolescentes que no hayan sido vacunados, o no lo recuerden, ni tengan constancia de vacunación a través del carnet de vacunas, o tengan solo una dosis deben completar el esquema con una segunda dosis, explican los pediatras.
Con dos dosis se garantiza una efectividad del 97%. Además, se deben mantener coberturas superiores al 90%, lo que asegura mantener el territorio libre de la enfermedad, la cual es altamente contagiosa.
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