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Washington — Esta semana, el Departamento de Justicia y el FBI comunicaron que retendrán archivos adicionales de la investigación sobre tráfico sexual relacionado con Jeffrey Epstein. La decisión causó frustración entre sectores de la extrema derecha y seguidores del presidente Donald Trump, quienes esperaban la publicación de documentos que, creían, expondrían a figuras poderosas.
Uno de los puntos más polémicos fue la confirmación de que un documento solicitado, una supuesta “lista de clientes” de Epstein, nunca existió. Esto contradecía declaraciones anteriores de la fiscal general Pam Bondi, quien había insinuado en febrero que poseía dicha información.
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La situación escaló cuando se filtró un tenso intercambio entre Bondi y el subdirector del FBI, Dan Bongino, en la Casa Blanca. Según fuentes anónimas, la discusión surgió tras la publicación de un artículo que sugería divisiones internas sobre la liberación de los archivos.
El Departamento de Justicia emitió un memorándum explicando que no divulgarán más registros debido a que gran parte del material está protegido por órdenes judiciales para resguardar la identidad de las víctimas. Además, señalaron que, de haberse celebrado un juicio contra Epstein, solo una pequeña parte de la información habría sido pública.
En febrero, la administración Trump entregó a influyentes conservadores carpetas tituladas “Los Archivos Epstein: Fase 1” y “Desclasificados”, pero su contenido consistía en información ya conocida. Posteriormente, Bondi afirmó que el FBI tenía miles de páginas inéditas y prometió su liberación, algo que no ocurrió.
Esta no es la primera vez que las expectativas de los partidarios de Trump no se cumplen. En el pasado, se prometió revelar supuestas pruebas del “estado profundo”, pero las entregas han sido limitadas o repetitivas.
Pese a los rumores de divisiones internas, el portavoz Harrison Fields aseguró que el equipo de seguridad pública trabaja de manera unida. En un comunicado, afirmó que cualquier insinuación de desacuerdo es “infundada” y que su prioridad es “hacer justicia a las víctimas”.
Sin embargo, la activista Laura Loomer, cercana a Trump, sugirió que Bongino estaría considerando renunciar, aunque no hay confirmación oficial.
El Departamento de Justicia considera que el memorándum del lunes es su postura final sobre el tema. Donald Trump, por su parte, evitó responder preguntas sobre Epstein durante una reunión de gabinete, calificándolo como un tema “repugnante”.
Mientras tanto, figuras como Elon Musk han criticado la falta de transparencia, insistiendo en que existe una lista de clientes. Sin embargo, hasta ahora, no hay evidencia pública que respalde esa afirmación.
El caso Epstein sigue siendo un tema polarizante, con teorías conspirativas y exigencias de mayor apertura, aunque las autoridades insisten en que ya han proporcionado toda la información posible sin infringir protecciones legales.
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