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Esta periodista dominicana, que ha hecho vida en medios internacionales, se fue a Estados Unidos con su familia siendo adolescente. Al poco tiempo a su madre le diagnosticaron cáncer y luego, falleció. A pesar de todo esto, no quiso regresar a República Dominicana porque el sistema político no hacía justicia a sus ideales.
Kenia Basilis ha escrito muchas historias. Las ha contado desde diversos países del mundo y con diferentes temáticas. Hoy es justo que se cuente la suya. Y sí que tiene una detrás de su exitosa carrera en medios de comunicación internacionales.
Que hoy sea la protagonista de este relato, es gracias a que, recientemente estuvo en el país que la vio nacer, para recibir el reconocimiento que le hizo Carlos T. Martínez al incluirla en el tomo 28 de su libro ‘Grandes Dominicanos’. Él no se equivocó. Esta mujer ha puesto en alto el nombre de República Dominicana realizando un trabajo periodístico impecable y multipremiado.
Eso sí, para llegar ahí ha tenido que atravesar por muchos obstáculos, prepararse constantemente, y por si fuera poco, hasta modelar su acento criollo. LISTÍN DIARIO no quiso pasar por alto su efímera presencia en el país. Fue invitada a visitar la Redacción y, como conocedora de la importancia de la puntualidad, a la hora acordada estuvo allí.
Vestida con un traje crema combinado con dorado, con su pelo suelto y maquillada para la ocasión esperaba para ser ella la protagonista de esta historia. Sonriente se dispuso a sostener una conversación en la que habló sobre su llegada a Estados Unidos cuando apenas era una adolescente.
Con apenas 17 años, Kenia se fue a vivir a La Florida. “Con sólo seis meses de haber llegado allí, a mi mamá le diagnosticaron cáncer. Fue algo devastador para mí y mi familia. Tener un familiar enfermo en un país que no es el tuyo, es muy difícil, y más en la situación que estábamos, que era adaptándonos a otro ambiente. Poco tiempo pasó para que mi madre partiera, y eso fue un golpe muy fuerte”. Hablar de eso, sin duda, deja ver que aún le duele.
Minutos después, se pudo comprobar que es así. Su madre no está para ver en lo que se ha convertido la adolescente que llegó a Estados Unidos con una maleta repleta de sueños, los que no abandonó, a pesar de las vicisitudes que ha enfrentado en el camino.
Vivir la dolorosa experiencia de quedarse sin su madre siendo tan jovencita, ver a otros miembros de su familiar enfermar, luchar tanto para lograr un puesto en los medios internacionales y, por si fuera poco, modelar su acento para poder encajar en el formato de los canales de televisión internacional han sido sólo algunas cosas que ha vencido Kenia. Hoy todo esto la ha hecho más fuerte. Sus ojos la delatan.
“Te puedo decir que cuando apliqué para obtener una oportunidad en un canal internacional, me dijeron que mi acento no me ayudaba. Me dije: ‘¿Ese es el problema?, pues vamos a resolverlo’. Así lo hice, me puse a practicar, a estudiar inglés, a formarme, hasta que lo logré”. La satisfacción que muestra es contagiosa. Hay que sentir orgullo por el progreso de quienes representan en otro lugar, al país.
La dueña de este relato, hace mucho que está recogiendo los frutos de su entrega, de sus luchas, de sus desvelos, de sus largos viajes, y sobre todo, del peso emocional que se carga cuando las historias que cuentas te mueven las fibras más sensibles. Los premios Emmy que ha ganado y el respeto dispensado a su trabajo le siguen diciendo que ha valido la pena el sacrificio.
“Yo amo mi República Dominicana, en esos momentos cuando me ‘divorcié’ de mi tierra, no me sentía cómoda con lo que pasaba, pero luego entendí que es mi país y que debía reconciliarme con él sin importar las circunstancias”. No se arrepiente de haber hecho las paces con sus raíces. Tanto es así que, es artífice del ‘Festival de la Cultura Dominicana’ que se celebra desde el año pasado en Estados Unidos, con una primera edición que contó con la asistencia de más de 7,000 personas.
“Yo veía que todos los países representados en Estados Unidos tenía su festival, menos nosotros, así que, con un equipo, también interesado en que el país se luciera, comenzamos a darle forma al proyecto que superó nuestras expectativas”. Desde recrear un “colmadón” hasta hacer posible la degustación de platos típicos de esta media isla formaron parte de esa jornada cultural.
En la agenda de Kenia está seguir poniendo al país donde “el capitán lo vea”. Lo hace contando historias en Telemundo, logrando premios y distinciones que llenan de orgullo a la población, y por supuesto, llevando un pedacito de República Dominicana a la comunidad que reside en Estados Unidos. ¡Qué bueno que Kenia se reconcilió con su país!
A Kenia Basilis no le interesa que la vean como una protagonista. Ese privilegio se lo cede a quienes busca para realizar sus notas. Los ruidos que hace es cuando saca una noticia que cambia la vida de alguien o repercute en una mejor sociedad.
Callada, serena y enfocada va por las metas que quiere lograr, no importa los kilómetros que deba recorrer para alcanzarlas. Los destinos que visita como parte de su compromiso laboral no la engrandecen, aun sean éstos tan exóticos que pocas personas los conozcan. Ellos simplemente son el escenario que han de aportarle una historia nueva para contar.
De ellos aprende y trata de dejar su “granito de arena” para aportar en determinados temas. Está consciente de que visitar un lugar lejano, de otro continente y lograr que al menos, te escuchen cuando hablas de la importancia de transformar algún detalle en su cultura, es ganancia.
“Me tocó ir a un país donde la mujer no tiene, quizás, esa gran libertad de emprender y desarrollarse, y poder dejar yo un mensaje de lo importante que es que las cosas cambien para ellas, es algo que me ha llenado, pues noté la atención prestada a esos comentarios que hice, sin sugerir y tomando en cuenta el respeto a las culturas”. En efecto, no hay duda de lo diplomática y prudente que es esta comunicadora dominicana, eso sí, sin dejar de ser objetiva.
Precisamente, pasar por situaciones con las que no está de acuerdo en determinados países, es una de las posiciones que ha tenido que enfrentar. “Pero por suerte, esa vida de retos, de golpes, de aprendizaje es la que me ha ayudado a formarme, a capacitarme constantemente, porque es importante mantenerse a tono con los tiempos para saber lidiar con lo que se nos presenta día a día”. Está comprometida con la búsqueda de conocimiento.
Al escuchar estos detalles que enfrenta un periodista experimentado, surgió una pregunta que, sin chistar respondió. ¿Has llorado en medio de una entrevista de esas que desgarran el alma? “Claro, me ha tocado vivir momentos fuertes con entrevistados, y por supuesto, hay casos ante los que es imposible mantener la calma”. En ocasiones se ha llevado el llanto a la casa y por varios días. Claro, le satisface cuando una historia triste, por su trabajo y difusión encuentra respuesta y solución.
En la carrera de la dueña de este relato ha valido la pena hasta el haber vivido momentos difíciles. Todo ello la ha hecho más fuerte y merecedora de diversas distinciones que la llenan de orgullo, no sólo a ella y a su familia, sino a la comunidad latina y, por supuesto, a los dominicanos. La muestra es que además de sus dos Emmy, Kenia recibió el máximo reconocimiento honorífico que da una universidad, en México.
En Marruecos también ha sido resaltado su trabajo. Fue reconocida con la condecoración más alta de la Universidad IBN Zohr de Agadir, por su labor y aporte a la integración de América Latina y Marruecos. La distinción se la entregó el presidente Omar Halli. No es para menos. Su trabajo no se ha basado sólo en un periodismo social y responsable, sino en la búsqueda de sociedades más integradas, diversas y justas.
Por estas pretensiones es que también trata de conectar con su audiencia, la cual respeta lo que hace, tanto en Estados Unidos como en su país y otros lugares del mundo. Cree en la profundidad de la investigación, en la veracidad de los hechos y en el enfoque que aporte.
“No me gusta escribir por escribir, me gusta que cada historia tenga una razón de ser y contribuya a que tengamos una mejor humanidad y un mejor planeta”. Kenia cree en la igualdad, y en su trabajo lo deja saber.
La protagonista de hoy, quien inició su carrera en Miami, ha trabajado para importantes cadenas de televisión. Por más de 15 años colaboró con el programa ‘Primer Impacto’, en Univisión. Es la directora y conductora del programa comunitario ‘Tu Guía con Kenia Basilis’, transmitido por Telemundo 44, y Latina TV Internacional, un programa que tiene el respaldo de una gran audiencia en el área metropolitana, gracias a lo cual mantiene unos ratings de alto nivel.
Sus aportes con trabajos sociales, culturales y en el área educativa no han sido pasados por alto. Lleva más de dos décadas fomentando proyectos que repercutan en la sociedad de forma positiva. Uno de ellos es el método del manejo del tiempo, creado por ella y reconocido por la Unesco.
Sin duda, esta dominicana de buena voluntad ha logrado méritos a fuerza de sufrimiento, de entrega total, y por supuesto, de perseverancia, misma que recomienda a la juventud de hoy para que alcance sus metas.
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