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Desde la tierra del olvido, Carlos Vives es el recuerdo vivo más celebrado. Hace tres décadas este colombiano se encargó de sacudir la corteza, el manto y el núcleo de la región del departamento de la Magdalena en Colombia y provocar un terremoto de dimensión mundial con la grabación de un álbum que marcó un antes y un después del vallenato, sembrándose en el corazón del mundo.”Hace 30 años nació un disco muy especial para mí. Con él aprendí a amar lo que somos, a cantar con el alma y a sentir a Colombia en el corazón. En 1995 tomamos la primera foto de mi familia: La Provincia. Hoy, esa familia se ha multiplicado, gracias a todos los que han sido parte de esta historia”, publicó Vives el viernes en su Instagram.”La tierra del olvido”, nombre del séptimo álbum del cantautor colombiano, se publicó el 25 de julio de 1995.En la producción musical se introducen nuevos patrones de sonidos provenientes de instrumentos propios del rock fusionado con champeta, vallenato y cumbia colombiana.La magnitud de “La tierra del olvido” sobrepasó las expectativas, convirtiéndose en un disco insignia y posicionando la música colombiana y la zona de origen de sus ritmos autóctonos en foco de interés mundial.Producido por Carlos Vives y Richard Blair, el álbum reunió a los músicos que luego integrarían oficialmente su banda La Provincia: Teto Ocampo (guitarra y composición), Egidio Cuadrado (acordeón y composición), Mayté Montero (gaita), Luis Ángel “El Papa” Pastor (bajo), Carlos Iván Medina (teclados), Pablo Bernal (batería), Gilbert Martínez (percusión), entre otros.Destaca especialmente la figura de Egidio Cuadrado, acordeonero y compañero fundamental en la transformación del vallenato tradicional en un lenguaje musical moderno.La única canción del disco con voz principal diferente a la de Vives es “La Puya Puyá”, una creación de Egidio que consolidó su sello dentro del proyecto.También sobresale Iván Benavides, coautor de temas clave como “La tierra del olvido”, “Pa’ Mayté”, “Agua”, “Ella” y “Jam en Jukümey”.Grabado entre Bogotá y Miami, el disco incluye piezas memorables como “La Cachucha Bacana” (una versión funk del tema de Durán), “Diosa Coronada” (basada en versos de Leandro Díaz), y “Jam en Jukümey”, un homenaje a las culturas indígenas de la Sierra y al legado de los antropólogos Gerardo Reichel-Dolmatoff y Alicia Dussán.Carlos Vives se convirtió en el mayor representante internacional del vallenato colombiano, sepultando sus sueños de ser médico de pequeño y pasando sin éxito por las facultades de odontología y publicidad o su coqueteo con el fútbol, aunque mejor le fue como galán de telenovela y más tarde debutando como cantante con baladas y rock en español.Ya él venía registrando éxito en la música. Dos años antes de presentar “La tierra del olvido” había saltado a la fama internacional con el tema “La gota fría”, primer sencillo del álbum “Clásicos de la provincia”.Carlos Vives nació el 7 de agosto de 1961 en Santa Marta (Colombia), una ciudad de provincia (departamento Magdalena) bañada por el mar Caribe que el mismo cantante describió alguna vez como “un territorio de esos que salen en National Geographic”.En esa ciudad, conocida como “la bahía más hermosa de América”, Vives pasó sus primeros 12 años de vida, tiempo suficiente para forjar su talante despreocupado y su desparpajo.”Soy Pacífico, soy Caribe, y en Santa Marta juego fútbol con “el pibe””, cantaría 22 años después en su éxito “Pa’ Mayté”, pero para llegar hasta ese punto faltaba camino por recorrer.Un Vives, todavía niño, llegó a Bogotá con la idea de convertirse en médico y emular así a su padre, pero el bicho de la música que se había engendrado desde su cuna lo empezó a llevar por territorios hasta ahora desconocidos para el samario: el rock y la balada en español.Su hermano Guillermo, con quien llegó a la capital colombiana, recuerda que en la universidad, donde Carlos comenzó a estudiar odontología tras un intento fallido por ingresar a la facultad de medicina, eran los encargados de amenizar las fiestas con sus guitarras y voces.El vallenato, sin embargo, no era el plato fuerte del menú musical ofrecido por los Vives, temas de roqueros argentinos como Charly García y Fito Páez o baladas de artistas como Alejandro Lerner eran los favoritos de la pareja de hermanos que empezaron a tocar en bares de la ciudad.Fue en 1986 cuando la historia de Carlos Vives empezó a tomar un nuevo rumbo. Después de un paso fugaz como estudiante de publicidad, el samario fue elegido para encarnar a un boxeador en la telenovela “Gallito Ramírez”, un éxito no solo en Colombia sino en Centroamérica y donde conoció a la que sería su primera esposa, la modelo y actriz Margarita Rosa de Francisco.Tres años después, su talento como actor le significó llegar a Puerto Rico con el rótulo de estrella. Allí, además de protagonizar telenovelas como “La Otra” y “Aventurera”, se encontró con Herlinda Gómez, con quien contrajo matrimonio y tuvo dos hijos: Carlos Enrique y Lucía.Luego, Vives, ahora de 63 años, se casó con Claudia Elena Vásquez, ex reina de la belleza colombiana, a la que conoció en la grabación del video de la canción “Déjame entrar” (2001) y con quien tiene dos hijos: Pedro y Elena.Su regreso a Colombia marcaría definitivamente la ruta que llevaría a Vives al estrellato internacional. En 1991 fue seleccionado para interpretar a Rafael Escalona en una exitosa serie que narraba la vida de uno de los más importantes compositores del género vallenato.En mayo del presente año 2025, el cantante colombiano lanzó la edición ‘Deluxe’ de su álbum ‘Escalona: nunca se había grabado así’, que fue reconocido en 2023 con el Latin Grammy a Mejor Álbum de Cumbia/Vallenato, y acompañado de dos temas nuevos.La nueva entrega incluye dos canciones inéditas: ‘Esperanza’ y ‘Vallenato Nobel’, como parte de su homenaje a la obra del maestro vallenato colombiano Rafael Escalona (1927-2009) y al escritor Gabriel García Márquez.”Escalona describe el momento que fue cantar vallenatos en medio de la gala, un evento que celebró el universo literario de ‘Gabo’, sus personajes, su Caribe mágico y el realismo encantado”, explicó Vives en un comunicado.Su éxito como cantante allende de las fronteras colombianas ocurrió en 1993 con el álbum “Clásicos de la provincia”, en el que interpretaba éxitos de los grandes del vallenato, y en el que se incluía “La gota fría”, canción que lo llevó a escenarios en el resto del continente e incluso en Europa.”No solo era rescatar canciones viejas sino ver cómo las poníamos a sonar para que parezcan de hoy”, explicó Vives en un documental realizado por ftvla.com.Su aspecto físico y el look también llamó la atención al aparecer con una guitarra al hombro, pantalones cortos, sandalias y pelo largo.Guitarras eléctricas, bajos y baterías fueron incluidos por Vives en los vallenatos tradicionales, algo impensable en ese entonces y que llegó a ser visto como un sacrilegio para los más puristas del género.”Fue un shock para los tradicionalistas, pero para los jóvenes fue fantástico”, aseguró en el mismo documental Mayté Moreno, quien tocaba la gaita y hacía los coros en La Provincia, la banda que acompañó a Vives en su periplo mundial.”La tierra del olvido”, un álbum en el que Vives además de cantar éxitos de grandes compositores vallenatos como Alejo Durán y Leandro Díaz, empezó a imponer su sello personal en temas como “Pa’ Mayté”, “Jam en Jukumey” y “La tierra del olvido”.En sus cuatro álbumes siguientes: “Tengo Fe” (1997), “El amor de mi tierra” (1999), “Déjame entrar” (2001) y “El rock de mi pueblo” (2004), Vives se destapó por completo como compositor y empieza a nombrar en sus canciones a personajes de la vida colombiana como el escritor Gabriel García Márquez o deportistas como el boxeador Antonio Cervantes y el piloto Juan Pablo Montoya.El fútbol, otra de las grandes pasiones de Vives junto a la lectura, también se hace presente en sus canciones.”Suena la sirena, sopla ciclón bananero, mi Unión Magdalena tú sabes cuánto te quiero”, canta con pasión en “Pitán-pitán”, un tema que es un himno para el Unión Magdalena, el equipo profesional de su natal Santa Marta.La popularidad que alcanzó Vives le permitió cumplir uno de sus sueños, jugar junto a Carlos “el pibe” Valderrama, icono del fútbol colombiano, en su partido de despedida.Sin embargo, en la cancha quedó claro que Vives es un gran cantante, pero como futbolista… solo hace falta revisar una inverosímil oportunidad de gol que falla el artista y que está colgado en Internet.De “Clásico de la provincia” hubo una segunda parte, presentada en Colombia en 2009 y fue un éxito con más de 42,500 copias vendidas en el primer día, el compositor samario volvió a apostar por darle vida a temas clásicos compuestos por grandes leyendas del vallenato. El álbum fue lanzado en su versión internacional a comienzos de este año.Como parte de esta conmemoración, en este 2025 se lanzó oficialmente “La tierra del olvido – 30 años (Remastered & Expanded)”, una edición especial disponible en plataformas digitales y en vinilo conmemorativo.Esta versión no solo recupera el espíritu del álbum original con una calidad sonora actualizada, sino que lo expande con nuevas canciones, remixes contemporáneos y una mirada profunda hacia las raíces musicales del Caribe colombiano.Entre las novedades, se destaca “500”, una canción que rinde homenaje al aniversario de la ciudad de Santa Marta, lugar profundamente ligado a la identidad del artista y al imaginario visual y sonoro del disco “La tierra del olvido”.Fue producida por Carlos Vives y Andrés Leal, con arreglos de Big Band de Giovanni Caldas, ingeniería de David Dueñas y producción voc
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