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Washington, EE.UU. – Las investigaciones de Estados Unidos en contra de Ismael “El Mayo” Zambada, fundador del Cártel de Sinaloa, bajo custodia estadounidense desde hace un año, se concentran en testimonios que exponen cómo el capo blanqueaba sumas millonarias procedentes del narcotráfico.
Con un acuerdo de culpabilidad en el horizonte que podría evitarle la pena de muerte, las autoridades antilavado están desmenuzando las intrincadas operaciones financieras de uno de los narcos más prominentes de México.
En 2010, la oficina antilavado de la Administración para el Control de Drogas (DEA) puso en marcha la Operación Rush Hour, centrada en una extensa red de lavado de dinero al servicio de “El Mayo” Zambada y Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Esta red empleaba intermediarios para recolectar el dinero de la venta de drogas y lavarlo mediante empresas pantalla y cuentas bancarias en México, Asia, Centro y Sudamérica, en coordinación con operadores del Cártel de Sinaloa en Los Ángeles, California.
Una de estas cuentas, a nombre de Matador Group en el banco Wells Fargo, recibió más de 626 mil dólares (aproximadamente 12 millones de pesos) en tan solo cuatro meses durante 2012. En México, los coordinadores del operativo fueron identificados como Cuauhtémoc Quintero Angulo, alias “Cheto”, y Marco Iván Zaragoza Pelayo.
Un agente encubierto de la DEA, haciéndose pasar por un narcotraficante colombiano, consiguió obtener una confesión de “Cheto”.
” Cheto declaró que el 90 por ciento del negocio provenía de la organización del Chapo. Cheto también dijo que conocía a Ismael El Mayo Zambada, el líder de la organización de tráfico de drogas de los Zambada y líder del Cártel de Sinaloa, así como a Juan José Esparragoza Moreno, alias El Azul, otro líder del Cártel de Sinaloa”, señala la investigación por lavado.
En total, la DEA identificó depósitos por un millón 155 mil dólares (más de 22 millones de pesos) en la cuenta de Matador Group, que llegaban directamente a la cúpula del Cártel de Sinaloa: “El Chapo”, “El Mayo” y “El Azul”.
A lo largo de 2024, el Departamento del Tesoro y otras agencias bajo las Fuerzas de Tarea contra el Crimen Organizado y para el Control de Drogas (OCDETF) lograron desmantelar otra red de lavado de dinero que recibía órdenes de Zambada García y Guzmán Loera.
Enrique Esparragoza Rosas, de Sinaloa, y otras 11 personas fueron acusadas de utilizar empresas fantasma en Wyoming, Estados Unidos, para blanquear fondos del narcotráfico.
Otro importante blanqueador vinculado a Zambada García es Juan Manuel Álvarez Inzunza, quien fue extraditado a Estados Unidos desde México en 2021. Mensajes de Blackberry interceptados por las autoridades estadounidenses revelan que Álvarez Inzunza organizó la transferencia de millones de dólares en ganancias de drogas fuera de Estados Unidos hacia México y Colombia a petición del liderazgo del cártel.
La investigación permitió asegurar cerca de 3.5 millones de dólares (unos 70 millones de pesos) que estaban en proceso de ser lavados y enviados a las cuentas del cártel.
” Él colaboró con algunos de los miembros de más alto rango del Cártel de Sinaloa, incluyendo a asociados de Ismael El Mayo Zambada y Joaquín El Chapo Guzmán”, detalla la acusación.
Un lavador de dinero clave que la justicia estadounidense ha tenido bajo resguardo es Mario Pinedo Álvarez Correa, conocido por los alias de “Montaner”, “El Cantante”, “El Costeño” y “Ñoño”. Aunque no ha testificado en casos de alto perfil como los de Alfredo Beltrán Leyva o “El Chapo” Guzmán, Pinedo lavó al menos mil millones de dólares para traficantes como “El Mayo”, “El Chapo”, los Beltrán Leyva y narcos colombianos.
Originario de Barranquilla, Colombia, Pinedo se involucró en el narcotráfico a los 15 años, al descubrir que su padre colaboraba con narcotraficantes de Culiacán, Sinaloa. La familia de “El Costeño” introducía cocaína en tanques de combustible desde Colombia a México entre 2003 y 2005. Posteriormente, Mario se dedicó exclusivamente al lavado de dinero.
” Yo estaba trabajando para el Cártel de Sinaloa, es decir, El Chapo, El Mayo, El Rey y Nacho”, declaró durante su testimonio contra Raúl Flores Hernández, alias “El Tío”, un importante traficante independiente de Jalisco. Pinedo incluso tuvo asociados que trabajaban con los Beltrán Leyva y Los Zetas.
Además de blanquear fondos, Álvarez Correa cobraba por ser intermediario en la reinversión de ganancias de cocaína para la compra de más cocaína colombiana, manteniendo así los negocios del Cártel de Sinaloa entre 2004 y 2010.
” Me daban el dinero, yo les cobraba entre el 12 y el 15 por ciento. Primero cambiaba las denominaciones. Los billetes de 20 dólares por billetes de 100 dólares. Los guardábamos al vacío y los poníamos en maletas”, relató.
Pinedo detalló que transportaban el dinero a Colombia, Ecuador, Perú, Panamá, entre otros destinos, desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México: 30 o 40 millones de dólares semanales solo del Cártel de Sinaloa, más 15 millones de los Beltrán Leyva y otros 15 de Los Zetas.
En total, unos 60 millones de dólares semanales que llegaban a decenas de traficantes de cocaína, principalmente de Cali, Colombia, cerrando así el ciclo de comercio internacional que permitió al Cártel de Sinaloa imponerse a otras organizaciones criminales en México.
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