Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Pese a los éxitos de taquilla, premios Óscar y la fama cosechada, muchos actores famosos de Hollywood comparten una pesadilla común.
Hasta los artistas más talentosos tienen que empezar por alguna parte, y para ellos, ese lugar usualmente son los castings y audiciones a las que se presentan sabiendo que las posibilidades de conseguir el papel son bajas, pero manteniendo la esperanza de que, en esa ocasión, la suerte les sonría.
Para muchos, esos tempranos rechazos son difíciles de olvidar, son valiosas lecciones de humildad que los acompañan sin importar cuántos galardones hayan acumulado en sus carreras.
Te recomendamos leer : Lindsay Lohan dice que la fama la sacó de Hollywood y culpa a los paparazzi del TEPT.
Aunque nadie se libra de esas experiencias traumáticas, no todos están dispuestos a hacerlas públicas. No obstante, quienes sí lo hacen, suelen, de paso, revelar los secretos de la industria y los curiosos extremos a los que los aspirantes a actores llegan para conseguir un papel.
La anécdota al inicio de la carrera de Streep debería formar parte del programa educativo de cualquier escuela de actuación. Después de todo, si le sucedió a la querida actriz estadounidense, le puede ocurrir a cualquiera. Un consuelo que podría motivar a muchos a no rendirse antes de tiempo.
Según contó la propia Streep, a mediados de los años setenta participó en las audiciones para interpretar a la rubia objeto de deseo de King Kong en la remake del mismo nombre que preparaba el productor italiano Dino De Laurentiis.
El casting se llevó a cabo en la oficina de De Laurentiis, quien apenas la vio, dijo en italiano que Streep era “demasiado fea” para el papel que finalmente interpretaría Jessica Lange. Lo que el famoso productor desconocía era que la actriz sabe hablar italiano y así se lo hizo saber al instante. La humillante experiencia, relató Streep, fue una de las más instructivas de su trayectoria.
Cuando Cooper audicionó para el papel protagónico en la película Linterna Verde, su carrera estaba en ascenso. Después del éxito de la comedia ¿Qué pasó ayer?, el actor empezaba a ser considerado para algunos de los proyectos más ambiciosos de Hollywood, al menos en cuanto a los presupuestos invertidos para lograr un éxito de taquilla.
Hacia 2010, ese estatus equivalía a probar suerte en el género de superhéroes que tanto había impulsado las carreras de Robert Downey Junior y Hugh Jackman. Por eso, al presentarse al casting para la película basada en los cómics de DC, Cooper decidió ir preparado. Su idea era demostrar su capacidad para interpretar a un superhéroe imitando a otro.
Así, según contó el actor en una entrevista en The Tonight Show, se puso frente al equipo de producción para mostrarles lo que él consideraba una digna versión de Batman. “En un momento, pude ver en el monitor lo que estaba haciendo y me horroricé. Pensé: “¡Dios mío, parece que estoy haciendo un sketch para Saturday Night Live! No conseguiré este trabajo”. Tenía razón: el papel principal de Linterna Verde recayó en Ryan Reynolds, quien tal vez hizo una audición más convincente para la película, que a la larga fue un fracaso total.
En el caso de George Clooney, una de las peores experiencias de casting que tuvo en su carrera fue auto infligida. A principios de los 90, el actor llevaba unos cuantos años apenas subsistiendo en Hollywood con papeles más bien secundarios en series del montón, cuando obtuvo la que creía era la oportunidad de su vida: audicionar ante Francis Ford Coppola para Drácula, su nuevo proyecto.
Sin mucha información sobre el personaje para el que estaba haciendo una prueba, Clooney sabía que se trataba de un borracho, por lo que decidió presentarse al casting con unas copas de más. “Después de que hice la prueba, Coppola llamó a mi agente para quejarse porque fui borracho al casting. Obviamente mi plan no funcionó”, contó el actor hace unos años en un reportaje con la señal E!
Una de las películas más taquilleras de las últimas décadas podría haber sido muy diferente si Gyllenhaal hubiera logrado hacer un acento británico medianamente creíble. Cuando se presentó al casting para interpretar a Frodo en El señor de los anillos, Peter Jackson, su director, le indicó que el personaje debía tener ese acento.
El problema fue que el actor solo se enteró de ese requerimiento en la audición. Más allá de la falta de preparación, Gyllenhaal decidió improvisar en el momento. La audacia no tuvo éxito. Tiempo después, sus agentes le contaron que desde el equipo de producción de la película les revelaron que su audición había sido una de las peores que habían visto.
Algo parecido le ocurrió a Olsen cuando hizo una prueba para interpretar a Daenerys Targaryen, el papel que finalmente obtuvo Emilia Clarke, en Game of Thrones. La actriz de Wanda Vision le contó a la revista The Hollywood Reporter en 2021 que la audición para el programa de HBO aún la persigue.
“Tuve que interpretar el discurso que da Daenerys cuando sale del fuego. Lo hice fatal y nunca me volvieron a llamar”.
Hay varios factores por los que un casting puede salir mal. Uno de los más habituales son las malas jugadas que los nervios les hacen a los actores en busca de un papel. Evans contó a la revista Backstage que jamás olvidará el día en que se presentó a una audición para la película Desapareció una noche, el primer largometraje dirigido por Ben Affleck.
Ambientada en Boston, ciudad natal de Evans y Affleck, el film parecía el proyecto ideal para que el actor mostrara su talento como intérprete dramático. Quizás la presión de trabajar con su ídolo fue demasiado para Evans, que años después reveló el gran ridículo.
“Llegué a las oficinas de producción y, mientras caminaba hacia la sala donde se harían las audiciones, escuché que alguien me llamaba. Era Ben. Nos saludamos con un apretón de manos mientras mi mente iba a mil por hora, buscando algo qué decirle.
Y lo que se me ocurrió fue preguntarle si había estacionado mi auto en un lugar permitido”, detalló Evans. Lo que siguió fue un momento incómodo, de esos imposibles de olvidar. “Él me miró y evidentemente desconcertado me preguntó dónde había estacionado. Sin pensarlo, le respondí que en un parquímetro. Me dijo: “¿Le pusiste monedas?'” Y cuando le respondí que sí, asintió y me aseguró que iba a estar todo bien”, recordó el actor que, por supuesto, no consiguió el papel en el film que finalmente protagonizó Casey Affleck.
El proceso de casting puede ser arduo y muchas veces cruel. En especial cuando en la audición se necesita encontrar al actor ideal para encarnar a un personaje icónico. Y para un artista inglés, pocas figuras del cine son más populares que James Bond.
Cuando a inicios de los 2000 la producción de Casino Royale estaba buscando al siguiente agente 007, uno de los candidatos era Cavill, que llegó a grabar una escena del film para el director Martin Campbell. “Me pidieron que saliera del baño llevando solo una toalla.
Recuerdo que Campbell me vio y me dijo: “Estás un poco gordito, Henry”. En ese momento, yo no tenía idea de entrenamientos físicos o dietas. Su sinceridad me ayudó a mejorar”, contó Cavill en 2019 en un reportaje con la revista Men’s Health.
Hasta el actor más talentoso puede tener un mal día. En el caso del ganador del Óscar, ese traspié ocurrió durante la audición para Star Wars: El despertar de la fuerza.
Sin acceso al guion y sin saber siquiera para qué personaje estaba haciendo el casting, Redmayne tomó todas las decisiones incorrectas. “Con películas como esa, todo es secreto. No te dan las líneas de diálogo del personaje.
En este caso, me hicieron la prueba con una escena de Orgullo y prejuicio, pero una vez frente a la cámara, me dijeron que estaban buscando al villano de la historia. Para mí, en el contexto de Star Wars, eso implicaba hacer una voz ridícula y sonidos parecidos a los de Darth Vader una y otra vez.
La jefa de casting, una mujer muy amable que ya me había contratado para otras películas, solo me miraba. Después de más de diez intentos, me preguntó si podía hacer otra cosa. Le contesté que no. Y eso fue todo”, contó el actor a la revista Uproxx.
Hoult tiene experiencia con audiciones que no salen como se esperaba. El actor británico relató en más de una ocasión durante la campaña de promoción de Superman, en la que interpreta a Lex Luthor, que inicialmente había participado en el casting para encarnar al hijo predilecto de Krypton.
Esa ilusión se esfumó apenas se cruzó con David Corenswet, quien obtuvo el papel de El hombre de acero. Sin embargo, esa no fue la experiencia más traumática de Hoult en un casting. “Una de mis peores audiciones fue para interpretar al príncipe Caspian en Las crónicas de Narnia.
Me preguntaron si podía hacer un acento hispano. Y como ejemplo me mencionaron al Gato con Botas de Shrek. Así que, mientras interpretaba la escena requerida, no paraba de intentar hacer mi imitación de Antonio Banderas. Era horrible y sonaba más a Borat que a Banderas”, reveló Hoult a Entertainment Weekly.
La confusión de acentos también influyó en el fracaso del actor de Crepúsculo en la audición para Transformers. Aunque en ese caso, fue su extraño comportamiento la razón decisiva por la que no le dieron el papel en la película de Michael Bay.
El intérprete inglés contó que para hacerse el gracioso, decidió presentarse al casting fingiendo ser estadounidense. “Les dije que era de algún lugar de Norteamérica, porque creía que si decía que era británico me iban a juzgar por mi capacidad para hacer el acento americano. El problema es que ellos ya sabían que yo era inglés