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Las caras de la Restauración: prohombres y malvados

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Este conflicto se convirtió en una lucha épica para expulsar al imperio y reafirmar la soberanía nacional.

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Este conflicto se convirtió en una lucha épica para expulsar al imperio y reafirmar la soberanía nacional. En esta epopeya, los líderes restauradores tuvieron roles clave, tal como lo demuestra la historia.

Hace 162 años el pueblo dominicano protagonizó el segundo hito trascendental de su historia: la Guerra de la Restauración, tras la anexión a España en 1861.

Este conflicto se convirtió en una lucha épica para expulsar al imperio y reafirmar la soberanía nacional. En esta epopeya, los líderes restauradores desempeñaron roles clave, como lo demuestra la historia.

Si bien, la figura de Gregorio Luperón siempre ha sido resaltada como el héroe principal de aquella gesta, historiadores invitan a matizar esta visión.

Según Juan Daniel Balcácer, considerar a Luperón como la única cara de la contienda de 1863 es un “exceso de simpatías”. Como en todo conflicto, esta guerra se halla repleta de figuras que se destacaron por su papel crucial, tanto como héroes colectivos como en su rol de villanos.

Tras una revisión de registros periodísticos y consultas con historiadores, este recuento busca plasmar las múltiples caras que lucharon por la naciente Segunda República, así como las de aquellos que se aferraron a la causa anexionista.

Héroes restauradores: Un esfuerzo colectivo

La Guerra de la Restauración fue una gesta patriótica impulsada por un estado colectivo, no por un solo hombre, como señala Balcácer. En ella participaron personalidades de distintos estatus sociales, especialmente la clase campesina, que en aquel entonces constituía más de la mitad de la población del país.

El sociólogo y narrador dominicano, Roberto Cassá, en su obra “Héroes Restauradores”, publicada en 2009, reseña en 134 páginas la hazaña de quienes dieron su vida por el retorno a la libertad del país.

Según el historiador, la mayoría de estos héroes compartían los ideales de la sociedad secreta “La Trinitaria”, quienes propugnaban por la teoría de que el pueblo dominicano tenía derecho a ser libre e independiente de toda dominación extranjera.

Entre los protagonistas de la hazaña se destacan líderes que, en distintos momentos, asumieron la presidencia y dirigieron acciones clave contra las fuerzas españolas, como José Antonio Salcedo (Pepillo), Gaspar Polanco y Pedro Antonio Pimentel.

También figura Santiago Rodríguez, líder del Grito de Capotillo, acción que marcó el inicio de la guerra. Matías Ramón Mella, padre de la patria, que continuó su legado hasta su muerte, meses antes del triunfo restaurador.

A ellos se suma Gregorio Luperón, quien, sin dudas, jugó un papel crucial en la victoria, especialmente en los batallones del Sur y del Este.

El campo de batalla estuvo lleno de héroes militares como Ulises Heureaux (Lilís), Benito Monción, Ulises Francisco Espaillat, Pedro Francisco Bonó y Federico de Jesús García.

En el municipio Bajos de Haina, provincia San Cristóbal, también se destacaron líderes restauradores como José Víctor Melenciano, Alejo Campusano, José Joaquín Bodré, Desiderio Pozo y Lucas Jiménez, entre muchos otros. Juntos, estos líderes conformaron el Partido Azul, un movimiento político que rechazó firmemente la anexión del país a España.

Anexionistas: La contraparte conservadora

En oposición a la gesta, un grupo de líderes con ideales opuestos luchó arduamente a favor de la unificación con España.

Eran conocidos como Los Conservadores, este grupo, según Roberto Cassá, no concebía la idea de un Estado libre y entendía que el pueblo dominicano no estaba preparado para mantener su Independencia.

Por esta razón, se aferraban a la tesis de obtener un protectorado o la anexión a una potencia extranjera, no solo a España, sino también a Francia o Estados Unidos.

“Las élites creían mayoritariamente que este país no era viable. No lo decían, pero actuaban en ese sentido, estaban buscando un protectorado o una anexión a una potencia: No solamente España, sino a Francia, Estados Unidos y finalmente con España”, explica Cassá.

El principal rostro de este movimiento fue Pedro Santana, un caudillo y gestor de la anexión del país a la corona española en el 1861. A él se unieron figuras como el político y militar Buenaventura Báez, Tomás Bobadilla y José María Caminero, entre otras.

Tras la culminación del hito patriótico, este grupo de anexionistas dio origen al Partido Rojo, una fuerza política que se opondría a los ideales restauradores.

Los historiados reflexionan en que las personalidades que participaron en la gesta dejan evidencia de que, la victoria de la Restauración, no fue el resultado de un solo hombre, sino de un esfuerzo colectivo. Hoy, entienden que al recordar esta hazaña, es crucial reconocer a todos los héroes que, desde distintos rincones del país, lucharon por el retorno de una República libre y soberana.

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