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SAN DIEGO — Durante el último mes, el dominicano Fernando Tatis Jr. ha sido un primer bate muy productivo. En el mes anterior a la derrota del lunes por 9-6 contra los Marineros en el T-Mobile Park, Tatis se había embasado a un ritmo de .406. Había sido una amenaza constante en las almohadillas. Los Padres tuvieron marca de 18-9 en ese lapso.
Sin embargo, no se parecía mucho a Fernando Tatis Jr. en ese período, sobre todo porque no estaba conectando jonrones.
Eso cambió el lunes. Tatis interrumpió la racha sin cuadrangulares más larga de su carrera, de 128 veces al bate, con un batazo de 416 pies por el jardín central.
“Obviamente, se sintió bien”, admitió Tatis. “Ojalá pueda repetirlo. Muy pronto”.
El swing fue el característico de Tatis: Violento y compacto. Observó la bola por unos momentos y soltó el bate con su mano izquierda. Un respiro de alivio, quizás.
“Eso es lo que soy capaz de hacer”, dijo Tatis. “Así que, ‘¿cómo puedo ser consistente en esa área?’ va a ser el gran objetivo”.
Es evidente que los Padres necesitan a Tatis como una amenaza de poder. Los 115 cuadrangulares colectivos de San Diego son la segunda menor cantidad en las Grandes Ligas, solo por delante de Pittsburgh. Eso incluye los cuatro jonrones que conectaron los Padres el lunes por la noche en Seattle, a uno de su récord de la temporada.
Casi todo lo demás en la ofensiva de los Padres funciona. Son de élite haciendo contacto y poniendo la pelota en juego. Corren bien las bases y fabrican carreras. Pero el poder ha estado ausente.
Hasta cierto punto, eso es el resultado de su estadio local. El Petco Park ha suprimido notoriamente los totales de jonrones a lo largo de los años.
“Sabemos que hay poder en este equipo”, aseguró Gavin Sheets, quien conectó un batazo en la segunda entrada y casi pega otro en la octava. “Algo de eso se debe a jugar adaptado a nuestro estadio. No puedes venir al Petco e intentar volarla. Somos una ofensiva diseñada para nuestro parque y que tiene un enfoque muy bueno y sólido. Tenemos mucho poder en toda esta alineación”.
No, estos Padres no están construidos para batear para poder. Pero, con el personal que tienen, deberían estar más arriba del puesto 29, probablemente mucho más arriba. La fuente más evidente de ese poder adicional sería Tatis.
Sin embargo, los Padres no quieren que Tatis cambie mucho de lo que ha estado haciendo. Al entrar al juego del lunes, su porcentaje de bases por bolas del 13.8% era fácilmente el más alto de su carrera y su promedio de ponches del 17.9% era, por mucho, el más bajo.
“Eso sería tremendo”, dijo el mánager Mike Shildt cuando le preguntaron sobre una posible explosión de poder de Tatis. “Pero, repito, me encantan sus turnos al bate. Me encanta lo que está haciendo. Sus decisiones de swing han sido de élite casi todo el año”.
Obviamente, el resultado del lunes no fue el que los Padres esperaban. Quedaron un juego por detrás de los Dodgers en la pelea por el Oeste de la Liga Nacional.
Pero si el lunes fue una señal de que los Padres podrían estar desatando su poder, podría ser una tendencia sumamente importante.
En cuanto a Tatis, había pasado un tiempo desde la última vez que la sacó del parque, el 24 de julio en San Luis. Mientras doblaba por la tercera base en el T-Mobile Park el lunes, moderó su característico pasito con freno. Después del partido, se lo señalaron.
“Probablemente olvidé cómo hacerlo”, bromeó Tatis.
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