Salud

¿Cómo nutres tu mente? Elementos imperceptibles que impactan en nuestro estado de ánimo

8834083944.png
Nuestra salud física y mental y la actividad diaria dependen de lo que ingresa por la boca y lo que recibimos por los sentidos y la mente.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

El cerebro precisa glucosa, cereales integrales, frutas y verduras, grasas saludables, vitaminas y minerales para sostener la comunicación neuronal, la plasticidad y la defensa frente al estrés oxidativo. Nuestra salud física y mental y la actividad diaria dependen de lo que ingresa por la boca y lo que recibimos por los sentidos y la mente. En esta era de información y estímulos constantes, es fundamental preguntarse: ¿Con qué estamos nutriendo nuestro cerebro?

Me pregunto esto en medio de una profunda decepción al constatar lo que parece ser el triunfo del mal sobre el bien, al evidenciarse que lo que cautiva a las masas puede llevarnos a la destrucción como humanidad.

A juzgar por las reproducciones de ciertos contenidos, la vulgaridad y la grosería ganan popularidad, mostrando que como colectivo, en vez de educarnos, estamos en decadencia.

Estamos anestesiados, dormidos e inconscientes. Me pregunto ¿a quiénes les interesa que haya más personas distraídas y embobadas? ¿Hacia dónde vamos?

Desde el punto de vista físico, las células cerebrales, como cualquier otra parte de nuestro organismo, necesitan energía y nutrientes para funcionar correctamente.

El cerebro requiere glucosa, granos integrales, frutas y verduras, grasas saludables, vitaminas y minerales para mantener la comunicación neuronal, la plasticidad y la protección contra el estrés oxidativo.

Vitaminas y minerales son cruciales para la producción de neurotransmisores y la protección del cerebro con el fin de reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, y aumentar la memoria, la atención y el aprendizaje.

Si la nutrición física es el combustible, la nutrición intelectual es el software que programa nuestras capacidades. ¿Qué tipo de información, ideas y emociones estamos ingiriendo diariamente?

El cerebro absorbe todo lo que le presentamos: libros, música, arte, vídeos, reels, series, novelas, podcasts, conversaciones, imágenes, noticias, creencias, valores y emociones. Nosotros elegimos dónde vibrar, y qué nivel de educación deseamos alcanzar.

La calidad de nuestras relaciones y emociones también impacta en la salud cerebral. Cuando nos rodeamos de personas y ambientes, llenos de apoyo, respeto y creatividad, estimulan la producción de dopamina y serotonina, neurotransmisores asociados al placer y bienestar.

Por el contrario, si estamos en ambientes estresantes, con personas quejosas, se produce estrés crónico, ansiedad y tristeza, lo que puede afectar la plasticidad cerebral, disminuyendo la capacidad de aprender y recordar.

Vivimos en la era de la sobreinformación cuyo contenido, muy lamentablemente, carece de control. Se exhiben juegos y contenidos violentos a los que está expuesta nuestra población infantil, intoxicándola a temprana edad, y también todos nosotros.

Lo que elegimos consumir en redes sociales, televisión, prensa y plataformas digitales puede nutrir o intoxicar nuestro pensamiento. La exposición constante a contenidos negativos, violentos o falsos puede generar fatiga mental, dificultades para pensar de forma crítica y una percepción de la realidad distorsionada.

Por ello, es esencial seleccionar fuentes confiables, cultivar el pensamiento crítico, reservar espacios de reflexión y descanso, y buscar contenido que inspire, eduque y motive. Realizar actividades como la música, la pintura, la danza, la escritura creativa y el juego son alimentos esenciales para el cerebro. No solo mejoran el estado de ánimo, sino que estimulan áreas cerebrales responsables de la innovación y la resolución de problemas. Leer libros, explorar nuevas ideas y aprender continuamente.

El descanso inteligente, la meditación, la contemplación, lejos de ser pérdida de tiempo, sirve para la renovación cerebral. Cuidar la calidad de aquello que ingerimos mentalmente es tan importante como cuidar lo que comemos.

Alimentar el cerebro es una tarea diaria y consciente, una invitación a nutrir nuestros pensamientos, emociones y conocimientos para vivir con plenitud y creatividad.

La salud mental y el bienestar dependen, en gran medida, de las elecciones que hacemos cada día: ¿Qué vas a darle hoy a tu cerebro? ¿Te lleva a donde deseas estar mañana?

TRA Digital

GRATIS
VER