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La participación de República Dominicana en los recién terminados II Juegos Panamericanos Junior o Juveniles en Asunción, Paraguay, fue un estrepitoso fracaso que pone la mira en las federaciones deportivas.
La mínima cantidad de medallas obtenidas en la nación guaraní con relación a los primeros juegos en Colombia 2021 es el primer punto que define un salto al vacío entre una edición y la otra.
En Asunción, RD apenas consiguió ocho medallas (1 oro, 2 platas, 5 bronces, lugar 18), en contraposición a Cali-Valle 2021, donde alcanzó 23 preseas (5 oros, 8 platas, 10 bronces y el puesto 13 por países).
Se intentará disfrazar esos bajos logros con la comparación del tamaño de una y otra delegación y con la no convocatoria de algunas disciplinas a los Juegos en Asunción.
La comitiva reciente al país del Cono Sur fue de 98 atletas, contra los 184 que fueron a Cali-Valle hace cuatro años; además de que ahora no se convocó al béisbol, boliche, boxeo, softbol ni pentatlón moderno.
Sin embargo, de esos deportes en Cali-Valle solo subieron al podio béisbol (plata), boxeo (un bronce) y softbol femenino (bronce), que al mismo tiempo incrementaron la cantidad de atletas en alrededor de 45, si sumamos bolos y pentatlón.
Pero en Paraguay incluyeron natación en aguas abiertas, golf y tiro con arco, que pudieron suplir las medallas perdidas por las ausencias citadas. Tuvieron escasas actuaciones, pero redujeron el tamaño de la delegación.
Es precisamente la reducción de la delegación a Asunción versus Cali-Valle lo que tomamos como segundo punto del fracaso que señala a las federaciones. Y es por lo siguiente.
A los Panam Junior se asiste por clasificación o logro de marcas mínimas, lo cual delata un accionar mediocre de las federaciones en cuanto al trabajo de base que realizan.
Si contamos que entre béisbol, boliche, boxeo, pentatlón y softbol sumaron unos 45 atletas que fueron a Colombia en 2021 y lo restamos a una delegación total de 184, los reduciría a alrededor de 140.
Al mismo tiempo, a los aproximados 45 citados antes restamos seis o siete que sumaron aguas abiertas, golf y tiro con arco en Asunción, reduciría a unos 38 atletas de los deportes que no dio cabida esta última versión.
Con ese cálculo aproximado, tendremos que Dominicana se perdió de clasificar entre 40 y 50 plazas para los II Panam, lo cual apunta al trabajo de base que se realiza.
Según fuentes, el Gobierno a través del Miderec aportó 43 millones de pesos para la etapa clasificatoria de Asunción, 63 millones en fogueos y el envío de la delegación y 14 en indumentarias, que totalizan unos 110 millones, lo que parece indicar que no hubo falta de recursos. ¿O sí?
Ante esta situación nos preguntamos: ¿La pobre actuación del país en los II Panam Junior de Paraguay es un reflejo de lo que nos espera en Santo Domingo 2026 con los XXV Juegos Centroamericanos y del Caribe? ¿Están nuestras federaciones deportivas trabajando a la altura de las circunstancias o simplemente estamos invirtiendo miles de millones de pesos para hacer fiesta a nuestros visitantes dentro de poco menos de un año?
Menuditas. Un contacto escribió a un perspicaz técnico deportivo, que se debe reevaluar en qué y cómo se invierten los recursos que el Estado entrega al movimiento deportivo. Respuesta: “Nadie de los actores involucrados en el movimiento está interesado en una reingeniería seria, objetiva, evaluativa, organizacional y gerencial, pues sería enfrentar la única meta de los dirigentes federativos: obtención de recursos para manejo personal, familiar y de su entorno, súbditos, serviles y lacayos apuntalados por la afiliación política del momento”. Lo incluimos aquí solo para la reflexión.
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