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En lo relativo a la inhalación del humo de estos productos en cualquier fase del embarazo, se evidencia que constituye un peligro para el desarrollo infantil. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que los niños con progenitores fumadores presentan un mayor riesgo de sufrir retraso en su crecimiento, una problemática que afecta a cerca de 150 millones de menores en todo el planeta y que eleva la probabilidad de enfermedad, de retraso en el desarrollo e, incluso, de fallecimiento.
Este aviso forma parte de una publicación que sintetiza el conocimiento sobre el tabaco y la evidencia más reciente al respecto, subrayando que las miles de sustancias tóxicas presentes en el humo del tabaco dañan tanto el desarrollo fetal como el infantil.
En lo que concierne al consumo de tabaco por parte de la madre durante el embarazo, el informe destaca la estrecha relación con el parto prematuro, el bajo peso al nacer y la restricción del crecimiento intrauterino, todos ellos predictores de retraso del desarrollo a los dos años de edad.
En este sentido, se indica que el consumo elevado de tabaco por la gestante —definido como fumar uno o más paquetes al día— se vincula con un efecto progresivo sobre el crecimiento fetal. Además, se afirma que existe suficiente evidencia que muestra que abandonar el hábito durante el embarazo produce un impacto positivo en el crecimiento del niño.
En cuanto a la exposición al humo en cualquier momento del embarazo, se confirma que representa un riesgo para el desarrollo infantil, habiéndose reportado una mayor frecuencia de partos prematuros y de restricción del crecimiento fetal.
Al respecto, diversas investigaciones demuestran que la exposición prenatal al humo del tabaco, aun de cigarrillos sin aditivos y con contenido reducido de alquitrán y nicotina, puede interferir con la diferenciación osteogénica e inhibir el crecimiento del niño.
Por otro lado, se añade que los menores expuestos al humo después del nacimiento pueden sufrir infecciones respiratorias más graves y problemas de desarrollo, lo que incrementa aún más la probabilidad de retraso del crecimiento.
“El retraso del crecimiento priva a los niños de su derecho a crecer, aprender y prosperar”, afirmó Etienne Krug, director del Departamento de Determinantes de la Salud, Promoción y Prevención de la OMS.
A la luz de la evidencia presentada, la OMS insta a los gobiernos a reforzar las políticas de control del tabaco conforme al Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) y a sus iniciativas “Mpower”.
El organismo internacional pone especial énfasis en la adopción de medidas que protejan a las mujeres embarazadas y a los niños del humo de segunda mano; que fortalezcan los servicios de cesación del tabaco, particularmente los dirigidos a gestantes; y que garanticen ambientes libres de humo en espacios interiores públicos.
Asimismo, la OMS hace un llamado a incrementar la investigación para profundizar en la comprensión de los mecanismos y los beneficios de dejar de fumar en la prevención del retraso del crecimiento.
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