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Los familiares de “El Barbero” siguen exigiendo que se aclare su reputación y la de su cliente

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Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Los familiares afirman haber proporcionado datos que incriminan a varios oficiales de la Policía Nacional en el hecho.

Los parientes de José Vladimir Valerio Estévez, alias El Barbero, fallecido en un enigmático suceso el 10 de septiembre en la avenida Olímpica de Santiago, siguen aguardando la citación del ministerio público para conocer el estado de la investigación.

Los familiares aseguran haber entregado información que compromete la responsabilidad de varios agentes de la Policía Nacional en la tragedia.

Rafael Valerio, primo del difunto, aseguró que ya existirían oficiales arrestados por el caso, aunque sus nombres no han sido revelados. “Como familia deseamos que se aclare la reputación de Vladimir”, comentó.

Según su familiar, el joven barbero había pedido un crédito de 300 mil pesos para reformar y adornar su establecimiento, obra que ejecutaba él mismo siguiendo guías en la red.

Rafael señaló: “Los únicos vicios que poseía eran la música y la barbería; las únicas herramientas que empleaba eran las máquinas de cortar y las tijeras que utilizaba en su local”, resaltando la labor y entrega de su primo.

El tío de la víctima, quien ejerce la abogacía, señaló irregularidades en la versión oficial de la Policía, indicando que tres días después del suceso el jefe de la institución emitió comentarios que difieren de los datos que posee el ministerio público.

“La Policía metió los siete pies en un solo zapato”, afirmó, mientras cuestionaba la manera en que se llevó a cabo la acción.

Al señalar también presuntas irregularidades de los oficiales, como el robo del letrero de la barbería, indicó que esos actos evocan casos anteriores donde se habrían falsificado pruebas.

Rafael comentó que otra de las víctimas, un cliente que trató de escapar tras el tiroteo, no estaba relacionado con los hechos y habría sido presuntamente asesinado para impedir “cabezas sueltas”.

Los familiares aseguran disponer de un equipo jurídico y asistencia técnica, incluso de alcance internacional, para recobrar y revisar grabaciones que, presuntamente, fueron eliminadas o manipuladas.

Por su parte, fuentes policiales confirmaron que varios oficiales involucrados en la operación están siendo interrogados por orden de sus superiores.

La procuradora general de la República, Yeni Berenice Reynoso, ordenó al director general de Persecución del Ministerio Público, Wilson Camacho, y a la fiscal interina de Santiago, Quirsa Abreu, que lideren de manera directa las pesquisas para determinar las circunstancias en que se produjo el hecho y proceder en consecuencia.

Los decesos fueron identificados como Edward Bernardo Peña Rodríguez, Carlos Enrique Guzmán Navarro (conocido como Charly Chasc), José Vladimir Valerio Estévez, Elvis Antonio Martínez Rodríguez y Julio Alberto Gómez. Todos fallecieron mientras estaban bajo cuidados médicos en el Hospital José María Cabral y Báez de Santiago.

Vladimir Valerio estaba atendiendo a un cliente en su barbería y se preparaba para salir a comer cuando se desató el tiroteo.

Su compañera, Gabriela, también defendió su recuerdo: “Él no era un criminal. Si cuentan con pruebas que lo acrediten, preséntenlas. Lo único que hacía era trabajar y perseguir su sueño”, agregó.

Los familiares insisten en que su meta principal es reivindicar la reputación de Vladimir y la de su cliente, mientras reclaman justicia ante lo que consideran una acción desmesurada de la Policía Nacional.

Gabriela Mercedes Espinal Estévez, hermana del difunto, junto a otros familiares, acuden cada tarde al sitio donde Vladimir fue abatido.

Allí se posicionan con pancartas que exigen justicia y resaltan las virtudes de su familiar.

Tanto la Policía de Santiago como la fiscalía se han mantenido en silencio respecto al caso, limitándose a afirmar que están investigando.

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